El mundo sigue expectante el desarrollo de la invasión rusa a Ucrania. Cada día se presentan nuevos hechos. El miércoles se llevó a cabo en la Asamblea General de Naciones Unidas, la votación sobre una resolución en la que se condenaba la invasión rusa a Ucrania. Dicha resolución solo tiene un efecto político y moral, ya que el único órgano que puede emitir resoluciones con efectos coercitivos es el Consejo de Seguridad.
Rusia, siendo miembro permanente del Consejo, había vetado una resolución en el mismo sentido presentada en el Consejo. Por tal razón los Estados Unidos debió impulsar la convocatoria a la Asamblea General.
El resultado de la votación fue de 141 votos a favor, cinco en contra y 35 abstenciones, incluyendo a China, Iraq, Pakistán y 16 países africanos. Algunos de los africanos, para justificar su voto, afirmaron que mientras la comunidad internacional se moviliza ágil y rápidamente con los refugiados ucranianos, no les importan los provenientes de sus estados agobiados por los graves conflictos que afrontan.
Nosotros hemos recibido dos millones de venezolanos y siguen entrando más todos los días. Sin embargo, solo hay palmaditas en la espalda y una que otra dádiva. De América Latina se abstuvieron Cuba, que no votó en contra, como era de esperarse; Bolivia, aunque Evo Morales había apoyado en forma entusiasta la invasión; Nicaragua, que no se atrevió a oponerse. Igualmente se abstuvo El Salvador, reflejando el carácter impredecible de su autoritario jefe de estado.
Aunque Venezuela tiene suspendido el voto, por mora en el pago de sus cuotas a la ONU, Maduro afirma que es el consejero el político y militar de Putin en la invasión. ¡Qué maravilla! Especialmente en asuntos de emigración masiva.
Entre tanto, en su alocución sobre el Estado de la Nación, el presidente Biden logró un apoyo bipartidista pocas veces visto en las últimas décadas. En el fondo dejo tres mensajes: No habrá guerra nuclear, no habrá intervención militar norteamericana directa en Ucrania y no se dejará intimidar por Putin.
Por otra parte, Ucrania ha introducido una demanda “defensiva” contra Rusia ante la Corte Internacional de Justicia, en la que sostiene que no son ciertas las afirmaciones rusas de masacres cometidas por Ucrania en las provincias orientales, que fue uno de los pretextos para la invasión.
Ha entablado igualmente una demanda contra Rusia ante la Corte Penal Internacional. Cerca de 40 países han hecho lo mismo. Ambos organismos, se están moviendo a su ritmo. Entre tanto, continúan las negociaciones y la ofensiva rusa también. Es previsible que, a pesar de las resoluciones de las demandas e incluso de las sanciones, mientras Putin no logre sus objetivos estratégicos, la invasión continuará. Después vendrán las secuelas. Como sucedió con la pandemia, sobre la que se afirmó que después de ella las cosas no serían iguales, con la invasión rusa, la geopolítica mundial se modificará substancialmente. El mundo no será el mismo.
(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.