Con el conflicto entre Israel y Hamás y la invasión de Rusia a Ucrania, ha pasado relativamente desapercibido el hecho de que, en Venezuela, el gobierno ha descalificado una consulta que consagró a María Corina Machado como líder de la oposición para las elecciones del año entrante.

Los partidarios de Corina, han señalado que esa decisión va en contra de los acuerdos concertados en Barbados, donde Colombia actuó como testigo, mientras que el gobierno sostiene que esa consulta no estaba contemplada en lo acordado. Los Estados Unidos, por su parte, han advertido a Maduro que, si persiste en negar la validez del proceso, podría implementar otra vez las sanciones que había impuesto y que levantó parcialmente.

Sin embargo, Biden, involucrado en dos conflictos de altísimo riesgo, puede tener a Venezuela como un recurso para el abastecimiento petrolero, dejando de lado las andanzas de Maduro y su séquito.

De todas maneras, aunque las elecciones en los Estados Unidos están todavía muy lejanas, en Caracas no deben olvidar que en este momento Trump, según las encuestas, supera ampliamente a Biden, a quien acusan, entre otras cosas, de debilidad e incompetencia en el manejo de las relaciones internacionales.

Pero si la consulta de la oposición venezolana ha pasado a un segundo plano, con mayor razón el sorpresivo referendo convocado por Maduro el próximo 3 de diciembre sobre la controversia con Guyana. Georgetown afirma que, con él, Maduro pretende que se respalde la anexión a Venezuela de las dos terceras partes del territorio guyanés y de sus áreas marítimas, con enormes yacimientos de petróleo, que se encuentran bajo la soberanía y jurisdicción de Guyana desde el mismo momento de su independencia en 1966.

El gobierno venezolano está haciendo llamamientos para que, sin diferencias políticas, la gente acuda a la votación. De esa manera, no solo está desafiando al secretario general de Naciones Unidas, sino también a la Corte Internacional de Justicia, a la que se comprometió a acudir por un tratado internacional.

Es una jugada política para lograr apoyo masivo de la población, ya que no es previsible que un venezolano vote en contra, porque sería calificado de traidor a la patria.

Guyana ha solicitado a la Corte, que adopte “medidas cautelares” e impida el proyectado referendo. El tribunal dispuso la celebración de audiencias públicas el próximo martes 14 de noviembre en La Haya. Maduro ha declarado que la solicitud de Guyana ha sido “temeraria” y que el referendo se celebrará “Llueva, truene o relampaguee”.

Al mismo tiempo, los Estados Unidos han anunciado que aumentarán la cooperación militar con Guyana, mientras que fuerzas del Comando Sur han incrementado sus operaciones en el área, según Venezuela, para proteger a la Exxon Mobil, que está adelantando la explotación petrolera en las áreas marítimas guyanesas.

Maduro se empleará a fondo para que, aprovechando la coyuntura, el régimen salga fortalecido y asegurar así su reelección en el 2024. Veremos si lo logra

(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario.