Según la Agencia Internacional de la Energía, dentro de los hitos claves en el sector eléctrico en el Escenario de Emisiones Netas Cero 2022-2050 se encuentran: triplicar la participación de las renovables a 2030, eliminar el carbón y el petróleo a 2040, reducir la participación del gas natural un 95% a 2040 y duplicar la participación de la energía nuclear a 2050. Es importante señalar que al revisar el PEN 2022-2052 (Plan Energético Nacional) de la UPME, se encuentra que el avance de la electrificación en Colombia podría requerir la entrada de la generación basada en energía nuclear aproximadamente en el año 2038. Estos datos hacen necesario que se plantee la discusión del surgimiento de esta tecnología en nuestro país. Por tal motivo, quiero compartir con ustedes algunas de las reflexiones que han surgido al interior del FNC (Foro Nuclear Colombiano) con el fin de nutrir esta discusión.
Colombia, una nación de casi 50 millones de personas, se encuentra en una encrucijada energética. Dependemos significativamente de la hidroelectricidad y estamos expuestos a fenómenos climáticos como El Niño. A la par, las energías renovables no convencionales, como la solar y la eólica, afortunadamente están ganando terreno, pero su naturaleza intermitente plantea retos en cuanto a la estabilidad eléctrica. Ahí es donde la energía nuclear se destaca, ofreciendo una alternativa potente y consistente.
En el corazón de la transición energética justa está La Guajira, epicentro de muchos proyectos de energías renovables. Aunque las fuentes renovables no convencionales son esenciales para una matriz energética diversificada y de bajas emisiones, su carácter variable exige complementos que aseguren una red estable. En esta zona del país es factible pensar la posibilidad de reactores nucleares modulares, conocidos como SMR (por su siglas en inglés), no solo proporcionando electricidad, sino también desalinizando y purificando el agua. Este tipo de reactores podrían ser una alternativa para las zonas no interconectadas del país.
A nivel global, la energía nuclear ya ha dejado su huella. Con más de 440 reactores en 32 países, genera cerca del 10% de la electricidad mundial. La seguridad nuclear es una preocupación fundamental, pero con la supervisión de entidades como la Agencia Internacional de Energía Atómica y las lecciones aprendidas de eventos pasados, se han reforzado las normas internacionales y el diseño de los reactores.
Colombia cuenta con un reactor nuclear desde 1965, el cual está enfocado en la investigación. Por tanto, podemos afirmar que nuestro país ha manejado responsablemente combustible de uranio desde hace 58 años. Pero para dar el salto hacia una adopción de reactores tipo SMR o de alta potencia, se necesita inversión, formación y una regulación sólida. Para el futuro de nuestro país, la energía nuclear podría llegar a ser una alternativa para complementar una matriz de generación de energía eléctrica en la que la dominancia la tendrán la solar fotovoltaica y la eólica.