Observando los sucesos de los últimos días se confirma que nuestro país va en picada en manos del nuevo gobierno, pero lo peor es la mirada impávida de muchos políticos que no se preocupan por la suerte y el futuro de los colombianos, sino más bien están buscando los beneficios de la mermelada que les ofrecen gracias a su lagartería y a la dudosa ética al venderse al partido de gobierno, dejando de lado los principios, valores y filosofía de sus propios partidos y los compromisos que adquirieron con quienes los eligieron, no con los que patrocinaron las campañas.

Se corrobora que la izquierda no está preparada para gobernar y mucho menos su principal representante, quien siguiendo el ejemplo de Castro y Chávez emplea su discurso populista para encandilar a las masas buscando convertirse en el emperador de este país.

Tanto Petro como los integrantes de su gobierno no se han dado cuenta de que están en el poder y continúan actuando en campaña proselitista, promoviendo marchas en contra del mismo Estado, buscando que liberen a los delincuentes de las milicias populares capturados por actos vandálicos y atemorizando a quienes en forma civilizada salen a manifestarse en contra de ilógicas petrorreformas propuestas por esta administración.

Al igual que Chávez cuando recorría las calles y ordenaba “exprópiese”, o en el caso de Santos, quien dirigiéndose a la ceremonia de bautizo del buque ARC Santander, unidad construida por COTECMAR para la Armada Nacional, ordenó cambiarle el nombre para satisfacer su ego, igualmente se observan actuaciones tarambanas de Petro al decidir que helicópteros de la Policía sean pintados como guacamayas. Presidente, esto no es una finca, aterrice; preocúpese por cómo devolver la confianza a los inversionistas, por cómo generar más trabajo, por cómo generar más desarrollo y bienestar, por cómo ofrecer seguridad a la población.

Declaraciones del ministro de Defensa que amarran a la Policía Nacional para que no actúe contra quienes perturban la seguridad ciudadana están causando descontento en las filas institucionales y desazón en la población, que observa con temor cómo cada día se incrementa la violencia y la inseguridad, actitudes que a diario se perciben en las redes sociales.

Personajes como el senador Bolívar, alfil de Petro y patrocinador de la primera línea, utiliza el engaño para desinformar a la población hablando de “presos políticos” cuando se refiere a los vándalos capturados y se molesta por la presencia del Esmad para evitar los desmanes de los terroristas. Qué vergüenza encontrar personajes de este pelambre en el Congreso.

Pero la estrategia del engaño y la manipulación de la población es igualmente empleada por Petro cuando trata de generar brechas entre los miembros de la fuerza pública al ilusionar a soldados y policías de que todos pueden llegar a los más altos grados de la jerarquía castrense. Su ignorancia sobre el tema lo lleva a hacer estos planteamientos tendenciosos, pues si pregunta sabrá que son muchos los generales o almirantes que han comenzado su carrera por los primeros escalones y al ser una carrera piramidal y de permanente evaluación y competencia, no todos los que inician pueden llegar a los más altos cargos. Se requiere demostrar preparación, entereza, carácter, habilidades, capacidades y ejecutorias para poder ascender.

Hablando de engaños no puede dejar de mencionarse a Ernesto Samper, soporte político de Petro, quien en compañía del gobernador del Magdalena reconoce que su ideología política es de izquierda, quien fue elegido presidente con el aval del Partido Liberal y posiblemente con los dineros del cartel de Cali, engañando y desafiando a todo un país; este funesto personaje ha sido famoso por el “aquí estoy y aquí me quedo” y por el elefante que no vio en el antejardín, hoy aparece como reencauchado y libre de todo pecado. Es vergonzoso.

A la izquierda no le importa vender al país, mientras le aseguren que mantendrá en el poder a alguno de sus adeptos; es lo que va a suceder con el partido comunista chino que anuncia Samper vendrá al país a hablar de política. Colombia, tenemos que abrir los ojos, pues estas alianzas serán el fin de la democracia y de las libertades.

Las próximas elecciones regionales definen el futuro para nuestros hijos y nuestras familias, porque una vez fortalecida la izquierda será casi imposible impedir que se perpetúen en el poder debido a la maquinaria e intereses internacionales de darle un nuevo respiro al comunismo en América Latina, para lo cual, como dijo Samper, le acaban de colocar la cereza al pastel con la elección de Lula por tercera vez en Brasil; el comunismo se ha tomado a América Latina.