Todos hemos lamentado el fallecimiento de Rodolfo Hernández que, como se ha dicho repetidamente, casi fue presidente. Muy apreciado en Santander y en Bucaramanga. Su lema fue: no a la corrupción. No obstante, tejó “colgados de la brocha” a cerca de diez millones y medio de colombianos. No hizo al final, una campaña, sino una anti-campaña. Por lo tanto, Petro entró a la presidencia y Hernández posteriormente le abrió el camino para instaurar el régimen que el ganador se había propuesto. Muchos quedaron decepcionados.
Pero para sorpresa general en Venezuela sucedió algo parecido. Durante meses el pueblo venezolano y la comunidad democrática internacional cruzaron los dedos por el triunfo de la oposición. Se puso al frente de ella una luchadora valiente e inteligente, Corina Machado, que proyectó en su país y en el mundo una imagen que enalteció a la oposición y a la mujer venezolana.
Como la inhabilitaron, sacó del sombrero del mago un personaje desconocido como Edmundo González, exfuncionario de la cancillería venezolana y embajador de Hugo Chávez. Lo que a la larga no le sirvió para nada.
Ahora, después de una especie de novela de ciencia ficción, González salió intempestivamente para España, que le concedió asilo diplomático. Lo curioso es que el ‘candidato ganador’ al parecer estaba ‘como huésped’ de la embajada de los Países Bajos, a los pocos días de que Corina anunció el resultado de las elecciones en las que González, al parecer, había triunfado por una aplastante mayoría. El candidato ganador fue transferido pocos días antes de su salida hacia España, a la embajada de ese país en Venezuela. Entre tanto María Corina luchaba a brazo partido y hacía valer el triunfo en su país y ante el mundo.
Es perfectamente entendible la decisión de González, ante la persecución y el acoso de que eran objeto él y su familia por parte de las fuerzas gubernamentales y de la orden de detención que se libró contra él. Su futuro sería la cárcel y posiblemente la muerte en la cárcel, como ha sucedido tantas veces en ese país.
Sin embargo, con su salida, el gobierno de Maduro ha quedado consolidado y la oposición debilitada hasta el extremo. No obstante, que Corina, afirme que el 10 de enero de 2025, Edmundo se posesionará como presidente de Venezuela y comandante de las fuerzas armadas, es mas un deseo que una realidad.
España, se dice que por intermedio de Rodríguez Zapatero, logró la salida del ‘presidente electo’ y así le hizo un gran favor. Maduro mató tres pájaros de un tiro: se consolidó, salió del presidente electo y le propinó un golpe muy fuerte a la oposición.