La semana pasada, se llevó a cabo en Barranquilla la asamblea anual de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), al igual que lo hacen muchos gremios en Colombia. Sin embargo, esta reunión se destacó notablemente frente a las asambleas de otros sectores productivos del país. Esto se debe a lo que ocurrió durante el evento, en el que los representantes del gremio, que cuenta con más de 18 mil afiliados, en su mayoría pequeños y medianos empresarios, compartieron un sentimiento de preocupación y tristeza que refleja el de muchos colombianos.
El encuentro fue especialmente relevante debido a las crecientes preocupaciones de los afiliados ante las políticas del actual gobierno, las cuales han deteriorado sus condiciones económicas y amenazan la continuidad de sus actividades comerciales. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, expresó con claridad la inquietud de los miembros del gremio: “La profundización de la desconfianza del empresariado en un gobierno que cada día envía más señales de no tener, ni querer, un rumbo positivo para el país”. Además, añadió: “A partir de hoy, nos quedan 22 meses y 12 días hasta el 7 de agosto de 2026, cuando finalice este gobierno y comience uno nuevo”.
Si algo resultó especialmente importante en esta reunión de los comerciantes del país, fue la presencia de los gobernadores y alcaldes electos en octubre del año pasado. Estos mandatarios recibieron el respaldo del país en las urnas por representar una alternativa a las políticas del actual Gobierno nacional, y durante sus campañas prometieron trabajar unidos desde las regiones por el bienestar de la nación.
Si bien había preocupación por los escasos avances en el cumplimiento de esas promesas, lo cierto es que, posiblemente, debido a las tareas de empalme durante los primeros meses de sus mandatos, no habían tenido oportunidad de actuar. Sin embargo, su participación en la asamblea de Fenalco reafirmó su compromiso con los colombianos. Desde las regiones, y con el apoyo incondicional del sector privado, se comprometieron a buscar soluciones conjuntas a los problemas más urgentes, como la seguridad, la reactivación económica y una visión clara de futuro.
Aunque, como es lógico, se espera la colaboración del Gobierno nacional, es evidente que esta no llegará, algo que quedó demostrado en el fallido presupuesto de la nación, en el que las regiones se verán afectadas por la reducción de su participación en las transferencias nacionales.
El alcalde de Barranquilla, Álex Char, resumió acertadamente la situación que enfrentan los departamentos y municipios del país: “Yo no paso el día pensando en si el Gobierno me da o no me da. Nosotros estamos enfocados en las necesidades de nuestra gente. Creo que este país lo sacamos adelante todos los que estamos aquí, sin tanto conflicto ni quejas. Lo sacamos adelante el sector productivo, el empresarial y el gobierno”.
En la misma línea, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, destacó la importancia de la colaboración con el sector privado ante la falta de apoyo del gobierno central: “No podemos esperar que el Gobierno nacional nos dé el presupuesto que necesitamos. Tiene que haber articulación, pero cuando no hay señales claras del Estado, debemos buscar junto al sector privado cómo fortalecer nuestros planes de desarrollo”.
Lo que ha quedado claro tras el reencuentro de los gobernadores y alcaldes en la asamblea de Fenalco es que ha llegado el momento de unirse y trabajar conjuntamente desde las regiones, como ellos mismos lo expresaron. La clave será compartir recursos, establecer estrategias y aprovechar experiencias para enfrentar los desafíos comunes, especialmente ante el escaso apoyo del Gobierno nacional. Esta colaboración regional facilitará la capacidad de suplir las necesidades locales sin depender de las decisiones e imposiciones del gobierno central.
Es evidente que los gobernadores y alcaldes que no sigan las directrices del gobierno de Petro y sus políticas quedarán al margen. Sin embargo, lo más significativo es que esta unión de las regiones generará una presión política eficaz debido a la falta de atención del gobierno. Esto obligará al presidente y a sus congresistas aliados a prestar más atención, ya que el poder de las regiones, liderado por gobernadores y alcaldes, se volverá una fuerza que no podrán ignorar.
La creciente visibilidad de las demandas y preocupaciones de las regiones hará que el Gobierno encuentre más difícil desoír una coalición unificada, algo que no ha ocurrido con las regiones abordadas de forma individual, como ha sido su intención hasta ahora.
Retomando lo ocurrido con los demás panelistas durante los debates en la asamblea de Fenalco, en la que participaron reconocidos periodistas, empresarios, expresidentes, jóvenes congresistas y un gran número de asistentes, todos llegaron a la misma conclusión: el país va por mal camino. El Gobierno promueve una visión de Colombia que no representa a la mayoría, sino más bien a un proyecto político particular, avalado por un grupo muy reducido de ciudadanos.
Sería positivo que las asambleas de los demás gremios del país fueran igualmente abiertas al debate constructivo, sin los temores ni las presiones que muchos experimentan bajo este gobierno. En otros sectores, si no se siguen las instrucciones del Ejecutivo, las consecuencias pueden ser severas, aplicándose una especie de “guillotina gubernamental” contra los líderes gremiales y sus afiliados, como ya ha sucedido.
Es importante aclarar que no conozco personalmente al presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, ni estoy afiliado directa o indirectamente a este gremio, pero siento la necesidad de reconocer su valentía. Ellos demostraron, sin temor a las repercusiones, su independencia y crítica frente a un gobierno que ha afectado gravemente a sus afiliados, la mayoría de los cuales son pequeños y medianos comerciantes.
Tal como mencioné al inicio de esta columna, estos empresarios están sufriendo las serias consecuencias de un gobierno que ha demostrado ser absolutamente incapaz.