En la conmemoración de los 485 años de la capital de nuestro país, vale la pena reflexionar sobre lo que representa esta ciudad para Colombia. Bogotá es el resultado de una larga y rica historia que se remonta a la época precolombina, cuando el territorio fue el hogar de la cultura muisca, caracterizada por interesantes formas de organización en sus ámbitos espirituales y económicos, así como por componerse de diversos grupos de familias lingüísticas. Los testimonios de este período perduran en nuestros días en varios museos de Bogotá y enriquecen el diálogo académico acerca de nuestro pasado.
Desde agosto de 1538, fecha tradicionalmente asociada a su fundación, la ciudad ha vivido innumerables transformaciones políticas, sociales y culturales que la han convertido en una metrópoli vibrante y cosmopolita en la que confluyen culturas, oportunidades y sueños.
En la ciudad de Santafé, como se conocía en ese entonces a la capital, abrieron sus puertas durante los siglos XVI y XVII algunas de las primeras universidades de América Latina. Una de ellas fue la Universidad del Rosario, cuya historia y misión están estrechamente vinculadas a la ciudad que la acogió.
La capital permitió que el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario expandiera sus horizontes académicos y científicos. Por sus aulas han pasado muchos líderes e intelectuales que han marcado el rumbo de Colombia y que han encontrado en Bogotá el espacio para su crecimiento personal y profesional.
Ejemplo de lo anterior son las figuras de dos personajes rosaristas que transitaron por el claustro durante la segunda mitad del siglo XVIII: Francisco José de Caldas y José Celestino Mutis. Caldas dedicó su intelecto a descubrir la riqueza natural de los cerros tutelares y a consolidar las teorías de las ciencias exactas que enseñó, posteriormente, en el Colegio Mayor. También fue esta ciudad la que acogió a José Celestino Mutis, otro de los personajes más emblemáticos de la historia colombiana y quien honró las aulas de nuestra institución con su sabiduría como maestro, aportó a la salud pública de Santafé con investigaciones y estimuló la curiosidad de los jóvenes que más adelante se comprometerían con la libertad del país.
Hoy, Bogotá es una ciudad cosmopolita que acoge a personas provenientes de diversas regiones, etnias, culturas y nacionalidades. De acuerdo con el Dane, el 38 % de la población bogotana está conformada por migrantes nacionales e internacionales. De hecho, la ciudad replica diferentes festividades como el Petronio Álvarez (Pacífico colombiano), el Carnavalito de Barranquilla y el Festival del Folclor como espacios para el reconocimiento y la integración de las diferentes identidades que conviven en Bogotá.
Su gastronomía refleja la mezcla de tradiciones locales y globales que conviven en su territorio y su amplia oferta cultural incluye museos de clase mundial, teatros, galerías de arte, festivales e importantes eventos internacionales. La Feria Internacional del Libro, el Festival Iberoamericano de Teatro y el Festival Estéreo Picnic son solo algunos ejemplos.
Las oportunidades que ofrece Bogotá se reflejan en su vitalidad económica y su papel fundamental en el desarrollo nacional. Así lo reconoce el Índice Departamental de Competitividad 2023 (IDC) que la sitúa como la más competitiva de Colombia. Con más de 400.000 empresas activas, Bogotá es la plataforma de negocios más grande de Colombia y la que más aporta al producto interno bruto del país (24,4 % en 2022). Su PIB supera al de países como Costa Rica, Uruguay, Bolivia o Paraguay, según Invest in Bogotá.
La capital se destaca además como una de las ciudades más emprendedoras de América Latina en diferentes escalafones. Este año, el Centro de Investigación y Mapa de Ecosistemas de Startups StartupBlink la ubicó en el top 3 de las ciudades más favorables para el emprendimiento en la región, por delante de ecosistemas emprendedores como los de Buenos Aires y Santiago de Chile.
Por supuesto, Bogotá no está exenta de desafíos y enfrenta problemáticas que impactan a sus ciudadanos: la inseguridad, la movilidad, la pobreza e inequidad, la falta de inclusión social, la contaminación y las dificultades en el acceso a la justicia son algunas de las más apremiantes. Estos problemas impactan especialmente a los jóvenes, quienes según el estudio nacional “¿Qué piensan, sienten y quieren los jóvenes en Colombia?”, sufren por la inseguridad en las calles (57 %), la falta de empleo (43 %) y las demoras en la atención a la salud (39 %).
Como institución educativa, la Universidad del Rosario ha tenido el privilegio de acompañar el surgimiento y la transformación de los acontecimientos políticos y sociales de los últimos 370 años, que han tenido a esta ciudad como protagonista. Consciente de su vínculo con la ciudad y de sus retos actuales, la Universidad contribuye con gratitud y compromiso al desarrollo de la capital, formando proyectos de vida al servicio del bien común y generando espacios de debate y reflexión sobre los asuntos más relevantes para la sociedad.
Bogotá es la ciudad de todos y todos podemos contribuir a su progreso. ¡Nuestra gratitud a Bogotá!
@alejandrocheyne, rector de la Universidad del Rosario.