No soy petrista, el propio Gustavo Petro lo sabe. Pero él representa a un sector de la opinión política en Colombia que tiene derecho a existir como cualquier otro. La derrota o el triunfo de Petro debe ser en las urnas y en democracia. A Petro no se le puede intentar borrar con amenazas de muerte, hostigamientos a su familia, bullying o estrategias bajas. Lo digo porque el Consejo Nacional Electoral (CNE) acaba de abrirle investigación por los señalamientos que le hizo Juan Guaidó en medio de una rueda de prensa el pasado 20 de enero. Guaidó dijo que Petro es “cómplice de la dictadura de Maduro” y aseguró que “hay claros indicios de que ha sido financiado a través de dineros de la corrupción venezolana”. ¿Porque Guaidó lo dijo hay que investigar a Petro? Guaidó es un señor que ha tenido una lucha valiente en su país. Pero nada más. El CNE lo citó a declarar contra Petro y mucho me temo que no tiene pruebas de lo que aseveró. No sé si pueda sorprendernos. Si esas pruebas existieran ya se conocerían. Son tantos los enemigos políticos que tiene el senador de la Colombia Humana, que para cualquiera comprobar aquello sería un gran banquete.
Es oportuno contarles que durante las elecciones presidenciales de 2018 también corrió ese rumor. Nicolás Maduro supuestamente estaba enviando toneladas de dinero desde Venezuela hacia Colombia para apoyar las aspiraciones políticas de Petro. Por esos días, me abordó otra campaña con esa historia y algo más, con la teoría de que todo estaba concertado entre los castrochavistas y el candidato de la Colombia Humana. Como periodista respondí: “Si hay pruebas, publico”. Nunca me las enviaron. Al parecer no existían, porque hasta el sol de hoy no me las han entregado. En los últimos días el senador ha denunciado que desconocidos ingresaron a las propiedades de sus familiares para destruirlo todo, sin llevarse nada. Una estrategia clara de amedrentamiento. Claramente Guaidó ve a Petro como un contradictor político y hasta ese punto la controversia es natural. Más no los señalamientos que le hizo, y menos la cantinflesca decisión del Consejo Nacional Electoral de investigar al senador por las declaraciones frente a la prensa de un extranjero en nuestro país, en el fragor de una tribuna electorera. Eso es sencillamente absurdo. Lo que sí es curioso es que haya sido el magistrado Luis Guillermo Pérez Casas quien solicitó la investigación. Pérez representa a varios partidos de izquierda. Si pensaba que le iba a hacer un ‘favor’ a Petro, lo que hizo fue poner en ridículo a todos los magistrados del alto tribunal electoral. Por reparto el proceso le correspondió al magistrado Virgilio Almanza Ocampo, de la cuerda, entre otros, de Cambio Radical, donde están algunos de los archienemigos de Gustavo Petro. Siempre he pensado que el Consejo Nacional Electoral es un organismo poco confiable. Principalmente porque todos sus magistrados representan los intereses políticos de sus partidos. Qué decisiones independientes y serias pueden tomar. Creo que ninguna. De hecho sus investigaciones se diluyen como el agua en un colador. Lucen calculadores, manzanillos y al final hasta temerosos. La investigación a Petro puede ser utilizada para intentar frenarlo como candidato presidencial para 2022, ya que va picando en punta. Quizás por la misma razón le acosan a su mamá y a su hermano. En los últimos días el senador ha denunciado que desconocidos ingresaron a las propiedades de sus familiares para destruirlo todo, sin llevarse nada. Una estrategia clara de amedrentamiento y terror. No puedo dejar de mencionar la campaña de ataques en su contra porque lleva a su hija más pequeña a Disney o tiene otra que es magnífica estudiante y está becada fuera del país. A Petro lo persiguen para tomarle fotos y hacerle todo un escándalo por lo que lleva puesto: que si usa zapatos Ferragamo o se viste con Jeans True Religion. Así no es. A Petro se le puede criticar por muchas otras cosas de fondo, no por semejantes tonterías. Nadie está obligado a pensar como él, menos a votar por él. Pero eso sí, como cualquier ciudadano tiene derecho a seguir en la política, a expresarse y a vivir lo mejor que pueda con su familia.
No sé si Guaidó hará el oso de sentarse ante los magistrados del Consejo Nacional Electoral a decir cualquier cosa. Si tiene las pruebas de lo que dice sobre Gustavo Petro, que las entregue y que Petro asuma hasta las últimas consecuencias. Si no, que se retracte. A Guaidó tampoco debe parecerle chistoso que lo relacionen con los asesinos rastrojos. Por último, ojalá la corte resuelva lo antes posible el caso del Petrovideo.