Por los mismos días en que el mundo permanecía expectante por la decisión que tomaría Estados Unidos de permanecer o retirarse del Acuerdo de París, en Bonn (Alemania) delegados de Brasil, Ecuador, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, con la colaboración de la Unión Europea y de organizaciones como la Unesco y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), se reunieron con representantes de diversas organizaciones indígenas de todo el mundo.El encuentro se destinó a poner sobre la mesa los objetivos y las funciones de la Plataforma de Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (LCIP por sus siglas en inglés), establecida en Marrakech (Marruecos) durante la pasada COP22 de la Convencio´n Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Clima´tico (CMNUCC).Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC declaró durante el diálogo entre instituciones y representantes indígenas que “es necesario involucrar a los pueblos indígenas y a las comunidades locales para que el Acuerdo de París tenga éxito, ya que son ellos quienes mejor entienden los impactos del cambio climático”.Durante el encuentro, se establecieron tres de las funciones que la plataforma llevará a cabo: la LCIP facilitará el compromiso y la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones importantes respecto al clima, incluida la implementación del Acuerdo de París. Esto permitirá crear espacios de intercambio de experiencias y conocimientos tradicionales entre comunidades indígenas de todo el mundo y los diferentes interesados y, a su vez, permitirá la adopción de sistemas, prácticas e innovaciones desarrolladas por los pueblos indígenas en las acciones y las políticas relativas a la adaptación y a la mitigación del cambio climático.Como “una jornada histórica”, la definió Espinosa, ya que la plataforma representa un importante desafío: unir el saber ancestral y la ciencia para crear una nueva consciencia.Lo que se alcanzó en Bonn es un resultado importante. La LCIP nace a 10 años de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y es, además, el inicio de una colaboración que muchos esperaban desde la puesta en marcha del Acuerdo de París, ya que la inclusión de los derechos humanos, incluidos los de los pueblos indígenas, se vio limitada al preámbulo, la parte no vinculante del acuerdo.Los pueblos indígenas y las comunidades locales protegen el 80% de la biodiversidad del planeta, pero sólo el 11% de esas tierras les pertenece legalmente. Por esto, su papel es fundamental en la lucha contra el cambio climático, y la LCIP fortalece la creación de un espacio constructivo e inclusivo que facilitará el intercambio de conocimientos y prácticas ancestrales.La sesión de trabajo en Bonn fue inaugurada y concluida con una oración en lengua nativa ofrecida por François Paulette, representante indígena canadiense, quien invitó a los participantes a tomarse de las manos mientras su voz enérgica pedía por la crisis ambiental que el planeta está sufriendo.*graduada de Economía y Negocios de la Universidad de Bologna.