Tan solo siete años después, las empresas más valiosas del comercio al detal, la hotelería y el transporte urbano, entre otros rubros, son, en esencia, compañías de software; lo mismo que las cinco firmas más grandes del mundo por capitalización bursátil. No sorprende que Satya Nadella, presidente de Microsoft, declare que en la actualidad “todas las empresas son empresas de software”. Se refiere a que todas se deben concebir como firmas digitales, que no solo automatizan procesos y operaciones e interactúan con clientes y proveedores por canales virtuales, sino que toman el control de sus corrientes de datos y su “destino digital” para transformar su eficiencia, desempeño y propuestas de valor. En los últimos 15 años, Colombia dio un salto importante en construcción de prosperidad y reducción de pobreza. Pero lo hizo sobre todo con base en la incorporación de más personas al mercado laboral y el aumento en las inversiones de capital. Esta estrategia ya está rozando sus límites. Para dar el salto a una verdadera economía de clase media, el país debe pasar de un modelo basado en la ‘transpiración’ a uno guiado por la ‘inspiración’, y para ello, la clave es el software. Según datos de Fedesoft, la industria del software en Colombia agrupa a 6.096 empresas que facturan 13,5 billones de pesos al año, creció a una tasa anual promedio extraordinaria del 16,7 por ciento durante los últimos 6 años y representa un 1,6 por ciento del PIB. Estas empresas, que en un 90 por ciento son micro y pequeñas y en un 40 por ciento tienen cinco o menos años de vida, emplean 109.000 personas; y el gremio calcula que el sector presenta 45.000 vacantes. No existe una industria con mayor capacidad de ofrecer oportunidades de trabajo de calidad para el largo plazo, y a su vez, con mayor potencial de inclusión. En el mundo del software poco pesan las palancas y los títulos; prima la capacidad para programar. Pero más allá del inmenso atractivo y potencial de la industria como tal, lo que más cautiva son las amplias ‘externalidades’ positivas que genera para la sociedad. Una industria de software vibrante y robusta es la palanca indispensable para la transformación digital de todo el tejido productivo e incluso del estado, la academia y otras organizaciones sociales. Además, la experiencia internacional indica que las empresas de software son una fuente excepcional de nuevos emprendimientos. En Cali, por ejemplo, hay más de una docena de empresas de software fundadas por antiguos colaboradores de Open, una de las firmas más destacadas de la ciudad, con 31 años de trayectoria. Por todos estos motivos, esta cadena merece una atención y promoción particulares. Gracias al liderazgo de las empresas de software de nuestra región (tenemos 4 entre las 10 principales del país, entre muchas otras), del 28 al 30 de noviembre tendremos, por primera vez en Cali, a Softic, el encuentro comercial más importante del sector de Software & TI en el país, organizado por Fedesoft y Procolombia, con el apoyo del Mintic, la Alcaldía de Cali, la Gobernación del Valle y la Cámara de Comercio. En la versión 2017 se dieron cita en Bogotá 80 compradores internacionales de 24 países y 160 empresas colombianas exportadoras de software y contenidos digitales, generando expectativas de negocio por USD 72 millones. Tras el éxito rotundo de Héroes Fest, Cali tendrá la oportunidad de volverse a lucir como plataforma de excepción para los negocios del siglo XXI.