El director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) viene mostrando un claro sesgo a favor del senador Álvaro Uribe y de sus intereses. Por ejemplo, hace unos meses decidió enviar a la confortable Escuela de Caballería al extraditado Andrés Felipe Arias y además ocultar el lugar de reclusión durante casi un mes. El general William Ernesto Ruiz se negó a contestar un derecho de petición de los periodistas de Caracol Radio sobre el paradero del exministro. Solo cuando la Corte Suprema de Justicia le preguntó lo mismo, el general Ruiz se dignó expedir un comunicado haciendo pública la información.
Pero ahí no han parado los favoritismos del Inpec. La revista SEMANA lleva siete meses pidiendo una entrevista con Juan Guillermo Monsalve, el testigo en contra de Uribe, que ha recibido diversas presiones para que voltee su declaración. La solicitud inicial, que ustedes pueden ver en Semana.com, está fechada el 15 de febrero.
Para demorar la realización de la entrevista con Monsalve, el Inpec inventó que debía ser autorizada por la Corte Suprema de Justicia. La corte respondió señalando que no tenía esa competencia y que el requisito principal era la autorización del interno.
Juan Guillermo Monsalve firmó la autorización desde el 18 de febrero de 2019. Sin embargo, el Inpec ha persistido en impedir la entrevista hasta esta semana cuando la periodista de SEMANA Lariza Pizano interpuso una acción de tutela que debe ser resuelta en los próximos días.
En contraste con la mordaza administrativa impuesta al testigo de cargo contra Uribe, otro testigo conveniente para su defensa ha sido autorizado a hablar dentro de la campaña mediática desatada por el senador para impresionar a la corte antes de su indagatoria. Se trata del secuestrador Enrique Pardo Hasche. Hace unos días, en vivo y en directo desde La Picota, atendió una entrevista de 40 minutos con la W en la que se dedicó a desprestigiar el testimonio de Monsalve preso en la misma cárcel pero silenciado por el Inpec. Curiosamente la entrevista de Pardo Hasche puede terminar haciéndole daño a la defensa de Uribe. En su afán por ayudar, Pardo Hasche dijo varias mentiras e incurrió en contradicciones que contrastan con las pruebas que obran en los procesos. Pardo Hasche dijo, por ejemplo, que él solo había llegado a la despedida de la reunión entre Juan Guillermo Monsalve y el cuestionado abogado Diego Cadena porque estaba en otra mesa reunido con el abogado Jaime Lombana y María Mercedes Williamson, quien es a la vez cuñada del secuestrador Pardo Hasche y actual suegra del abogado Jaime Lombana. “Yo me fui para allá y se estaban despidiendo porque las visitas ya se estaban acabando. Yo como tuve que atender al señor Lombana no pude asistir a la cita con estos señores. Cuando llegué se estaban despidiendo”.
Falso. Pardo Hasche fue grabado ese día y en esa reunión mientras presionaba el cambio del testimonio de Monsalve, al que le prometía “grandes cosas” frente al elocuente silencio de Cadena: “Pero si usted se pasa pa’l lado del presidente… Usted… se lo garantizo que va a recibir grandes cosas. ¿Qué hijueputa va a resolver con Cepeda, Juan? ¿Qué hijueputa? Además de llamar al director del Inpec y que lo pasen de un sitio pa otro como han hecho. Pero de ahí no pasa. En cambio, el otro señor seguro le ayuda”.
“Yo me dedico todos los días a hablar con estos señores –dice Pardo Hasche- que son mis amigos y son los subalternos de Álvaro para que le metan el (confuso). Búsquese qué es lo que quieren. Mire esto. Mire…Tan… Le van a poner abogados, le van a meter gente importante, fiscales, toda esa vaina. El otro señor no hace un culo”.
En presencia del abogado Cadena, Pardo Hasche le explica a Monsalve lo que necesitan Uribe y sus defensores: “Es que venga le digo una cosa: ustedes ahoritica, en este momento... en este momento lo que ustedes necesitan es que el señor diga que a él lo presionaron para decir lo que dijo. No que diga que es falso, ni que es cierto. Él lo que tiene qué decir es que el señor Cepeda fue allá a manipular. Eso es lo que tiene que decir”. Y Cadena concluye: “Y si fue cierto, que confió en una promesa ilegal”.
La Corte Suprema evaluará las pruebas en el proceso contra Uribe. La Fiscalía deberá hacer lo propio frente a las conductas de Diego Cadena y de Enrique Pardo Hasche.