Es absolutamente increíble que Irene Vélez siga siendo ministra después del daño que nos ha causado como país. La irresponsabilidad de este Gobierno no tiene límites. Asumir un ministerio implica ser consciente de que las palabras pronunciadas tienen un efecto inmediato en la realidad de las familias colombianas: la confianza está por el suelo; nuestra moneda, devaluada y ella va por la vida reiterando las afirmaciones que nos tienen así. Indignante.

Irene Vélez, si no ha renunciado hasta ahora, ya no lo hará. Por eso, debemos exigirle al Senado que tramite exitosamente una moción de censura en su contra. Desde que asumió su cargo, la ministra no ha parado de afectar la estabilidad fiscal y soberanía energética del país mediante sus decisiones, anuncios impertinentes y manipulación de cifras.

Durante el Foro Económico Mundial en Suiza, la ministra Vélez dijo, una vez más, que Colombia no aprobará más contratos de exploración y explotación de petróleo y gas, como si la estabilidad energética, fiscal y social del país fueran un juego. Empeorando la situación, justificó su decisión en un informe del Ministerio de Minas y Energía publicado sin rigor técnico, normativo o jurídico, en el que se afirma mentirosamente que Colombia tiene gas garantizado hasta 2037. Expertos han denunciado las inconsistencias de todo el informe e incluso en el interior del Ministerio hubo voces de alerta no escuchadas sobre la inexactitud e irregularidad de las cifras presentadas. La viceministra de Energía, Belizza Ruiz, quien ya presentó su renuncia al cargo, ha rechazado el informe completo y denunciado que su nombre fue puesto allí sin su conocimiento para legitimarlo. Desconociendo e ignorando con arrogancia todas las alarmas e imprecisiones del informe, la ministra, esta semana, ratificó a la opinión pública sin ninguna vergüenza que la información dada “es precisa y permite tomar decisiones de política pública”. Nada más alejado de la realidad. Acomodar e inventar cifras para justificar una decisión equivocada en uno de los sectores más estratégicos del país no solo es irresponsable, sino tremendamente peligroso.

En medio de este panorama alarmante, nos enteramos ahora de que Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, solo estará en su cargo hasta el próximo 31 de marzo. Bayón, desde su actual posición, ha podido frenar un poco la avalancha de desastres que desata la ministra cada vez que habla: ha sido una figura de tranquilidad para muchos, ya que ha mantenido la racionalidad y el rigor técnico en el sector minero-energético, mientras Vélez hace lo posible por destruirlo. Es un hombre preparado, con una amplia trayectoria en esta área y tiene gran claridad sobre las necesidades y caminos para llevar a cabo una transición energética que no nos lance al abismo. ¿En manos de quién vamos a quedar? ¿Tal vez otra vecina de la primera dama, como ya ocurrió en el ICBF? La salida de Bayón sería gravísima: sin él allí, el populismo irracional que desdeña los datos y la evidencia científica da un paso más para acabar con nuestro país.

Insisto en que la irresponsabilidad de este Gobierno no tiene límites. No se sabe si es más irresponsable la ministra, por mentir en una de las carteras más estratégicas, o Petro, por atornillarla a esta dependencia, poniendo en riesgo las finanzas del Estado, deteriorando la credibilidad del país en el ámbito internacional y amenazando la sostenibilidad económica, y ahora sacando de la que es quizá la empresa más importante de Colombia a una persona que tiene todos los méritos para estar ahí.

La importancia del sector de hidrocarburos en el país es indiscutible: según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), en 2022 el sector aportó 18,16 billones de pesos de impuestos, lo que representa 1,3 por ciento del PIB. De acuerdo con la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), por cada 100 pesos que se venden al exterior, 40 pesos son por hidrocarburos. Por esta razón, preocupa enormemente que el Gobierno esté improvisando caprichosamente con los recursos y el futuro de todos los colombianos.

La insensatez del Gobierno Petro y su ministra de Minas y Energía condenan a Colombia a tener que importar gas de Venezuela, sentencian a las personas más vulnerables a pagar más por gas y combustibles, y destruyen la estabilidad energética, fiscal y social del país. “¡Apague y vámonos!” dejará de ser una expresión figurativa: a este paso volverán los apagones de los años noventa y se seguirán yendo las empresas, la esperanza y la confianza. Por su ambigüedad, irresponsabilidad y mentiras en una de las carteras más importantes del país, la ministra de Minas y Energía debe apartarse de su cargo; y por su trayectoria, competencia y rigor técnico, Felipe Bayón debe quedarse en el suyo.