Hace algunas horas el Presidente Juan Manuel Santos anunció que el reemplazo de German Vargas Lleras en la Vicepresidencia, cuando éste renuncie para comenzar la campaña presidencial, será el General Oscar Naranjo. Una buena noticia en medio de tanta noticia negativa. Obviamente, el nombramiento es un reconocimiento al trabajo del General Naranjo. Fue el hombre encargado de profesionalizar la Policía Nacional, creó el mejor sistema de inteligencia y el más especializado de Latinoamérica, el cual ha sido tomado como ejemplo en casi toda la región. Por ejemplo, antes de Naranjo la vida criminal de un narcotraficante duraba en promedio 8 años. Durante su administración y después de ella, la vida criminal de un narco es de 2 años. Además, logró diseñar una serie de estrategias territoriales para gerenciar la seguridad ciudadana en el país.El nombramiento de Naranjo al menos tendría tres objetivos. Por un lado, se envía un fuerte mensaje a la comunidad internacional y particularmente al Gobierno Norteamericano, de forma específica a la nueva administración. No debe olvidarse que Óscar Naranjo fue declarado el mejor policía del mundo y durante los años de lucha contra el narcotráfico se convirtió en un referente regional o modelo de policía a nivel mundial. Lo que a su vez significa que con Naranjo en la Vicepresidencia hay garantía de que no existirá un relajamiento en la lucha contra las drogas y el combate al crimen organizado.El segundo objetivo, es lograr contener y mitigar uno de los fenómenos más complicados que se está viviendo en la etapa de postconflicto y se refiere al copamiento territorial de las zonas dejadas por las FARC por otros grupos armados ilegales como el ELN, u organizaciones criminales como el Clan del Golfo. Esto además incluye el fortalecimiento de la seguridad a líderes sociales y nuevas minorías políticas. No debe olvidarse que en 2016 fueron asesinados 93 líderes sociales y con este panorama es muy complicado profundizar la democracia en el país.El tercer objetivo es consolidar el proceso de la creación de una paz estable y duradera. Óscar Naranjo fue uno de los hombres más importantes en el diseño de los acuerdos de La Habana, particularmente lideró, por parte del gobierno, todo el contenido de los temas de seguridad en el acuerdo de paz. Conoce desde la primera, hasta la última letra los acuerdos. Igualmente conoce la realidad territorial y política del país. Por tanto es una garantía para que los acuerdos se implementen.Pero además, Óscar Naranjo, es una garantía de la custodia del Estado Social de Derecho y a su vez de la implementación de los acuerdos, garantizando una modernización del Estado colombiano, en la que los diferentes sectores políticos estarán tranquilos. Creo que el General es de los pocos que entiende que el proceso de paz con las FARC no se refiere a un acuerdo con 15 mil guerrilleros. Realmente, el acuerdo de La Habana, es la posibilidad de integrar a la “Colombia Profunda” al sistema nacional. Es la posibilidad de crear Estado, mercado y ciudadanía en esa Colombia olvidada. En últimas, es la necesidad de saldar una deuda histórica con miles de campesinos marginados y excluidos.Tuve la oportunidad de conocer a Óscar Naranjo hace una década, cuando él era director de la Policía Nacional, y yo, era apenas un asistente de investigación. De ahí en adelante me lo encontré en diferentes espacios, las últimas veces fue en el marco de los diálogos de La Habana. En una buena cantidad de casos no estábamos de acuerdo con análisis o hipótesis sobre diferentes temas o asuntos. Pero logré constatar su compromiso de país, la seriedad con la que abordó los temas, sin búsqueda de protagonismo vale aclarar y sé la ganancia que va a tener el país con su vicepresidencia. Lo que lamento con su nombramiento es que Óscar Naranjo no va a jugar un papel determinante en las elecciones de 2018, aspiraba a que fuera así, pero bueno, será en el 2022 y en ese momento veremos...