Lo siento, fiscal, pero fue una embarrada. Da igual si usted pagó el hotel de la hija y su amiga. Si nunca salieron de la habitación, si la piscina estaba cerrada, si es padre antes que nada, si trabaja mucho y apenas puede verla. O si es una nimiedad al lado de los huracanes que soportan otras instituciones, lo cual es cierto. Pero los gestos y detalles en la función pública son importantes y en medio de una pandemia que tiene a todo el mundo aburrido por las restricciones, incluidas las estrictas de los menores, y en un puente donde decretan toques de queda, es torpe organizar una comisión oficial a San Andrés de esa manera. Y no acuse de exponer a la niña, que no tiene culpa alguna de los pasos de sus progenitores.
Fue positivo que diera la cara el viernes, aceptara lo acontecido y anunciara que seguirá viajando con ella. Pero, entonces, asuma las críticas en estos momentos de encierro, donde hay gentes que no pueden desplazarse a ver a sus familias y, cuando lo hacen, corren el riesgo de que los detengan y multen. Sin olvidar la torpeza mayúscula de investigar penalmente a Claudia López por salir a comprar con su pareja cuando estábamos en cuarentena. También en aquel momento existían cuestiones graves como para que la Fiscalía General se entretuviera con una pequeña infracción y un mal ejemplo. Lo de menos es que la Comisión de Acusaciones ratifique que el fiscal canceló los gastos extras de su bolsillo, no usó dineros del erario, como sí hacían los magistrados de la Corte Suprema en sus viajes por el mundo. Su pecado es saltarse las normas que rigen para el ciudadano del común, así como la imagen de isla paradisíaca y las fechas escogidas. Su pecado es saltase las normas que rigen para el ciudadano del común, así como la imagen de isla paradisíaca y las fechas escogidas. Y así Barbosa no pertenezca ya al Gobierno, como toma decisiones de marcado tinte político tipo gobernador Gaviria y algunas relacionadas con el Ñeñe Hernández, cualquier metedura de pata termina perjudicando a Duque. Lo incomprensible a estas alturas es que no nombre un fiscal ad hoc para llevar lo relacionado con el ganadero fallecido. Con miles de horas de grabación, ingredientes de culebrón y unos investigados tan comunicativos en sus trapicheos, ya fuesen imaginados o verdaderos, tendremos un largo goteo de revelaciones que durará hasta las elecciones. Y en esa telenovela, poco importa si Ñeñe no un alias sino un apodo, si no es cierto que fuese “el político” en la estructura de Marquitos, que pocas veces llevaran a cabo todo lo que hablaban o que sea falso que el abogado Del Río sea el látigo de corruptos. Solo es un letrado que busca ganar un caso y la plata que conlleva el triunfo. Como los bienes incautados a Marquitos son escasos, interesan los del Ñeñe fallecido, de ahí lo bueno de pasarlo por gran capo.
¿Y qué decir del prestamista Carlos Rodríguez? Él sí fue narco, amenazaba con bandas criminales y está acusado de atentados. ¿Será que las ganancias de sastre en Barranquilla dan para prestar miles de millones? Ante tanto enredo y con las implicaciones del Centro Democrático, pocos creerán que Barbosa actuará con imparcialidad. Lo lógico sería desmarcarse por completo del caso y entregárselo a un fiscal que transmita credibilidad. Hay mucha tela que cortar y si Barbosa se empeña en no ceder el caso, auguro que se chamuscará y, de paso, arrastrará a su amigo Duque. En la última encuesta le va mal, igual que al presidente, que empieza a mostrar una caída que terminará por precipitarlo al vacío. La inseguridad y economía seguirán pésimo y al final del día, solo a Duque lo señalarán. Y ya no habrá Uribe, con solo 30 por ciento de popularidad, que ponga presidente. NOTA: ¿En Bogotá saben que Arauca es Colombia? ¿Lo pintan en el mapa? ¿Se enteraron en Casa Nariño que también son colombianos? No sé qué más tiene que ocurrir para que suenen las alarmas. El último acontecimiento violento demuestra que solo hay un camino para estar a salvo: construir un búnker en tu hogar y contratar seguridad privada. El Ejército y la Policía no bastan. Ni digamos la UNP: las guerrillas le robaron recientemente seis camionetas blindadas.
Este jueves, sobre las 2:30 de la tarde, un comando del Frente 10 de las Farc-EP, según hipótesis policial, asaltó la casa de Francisco Alvarado, un sesentón hermano del último exgobernador, y se lo llevó secuestrado. El señor vive en un barrio céntrico de Arauca capital, nada de lejanías, y aunque en menos de 15 minutos las autoridades pusieron en marcha el plan candado para cerrar la ciudad y evitar que escaparan, los guerrilleros lograron sacarlo a Venezuela. Huyeron en carro hasta Barrancones, a unos 10 minutos de la casa. Allí lo embarcaron en una panga y cruzaron en un suspiro el río Arauca para refugiarse en el gran santuario chavista. ¿Y el Mindefensa qué hace?