Conversando con un gran dirigente del Meta, el señor Obed García, desarrollista rural, realizó un detallado análisis sobre el riesgo que corre hoy en día la ganadería extensiva en Colombia, de acuerdo con las peligrosas declaraciones de la ministra de Agricultura, Cecilia López.
Según la señora López, el ganado debe estar en tierras de mala calidad para no competir con la agricultura y asegura que los sistemas ganaderos son de carácter extensivo, lo cual considera negativo e ineficiente. En los discursos de campaña del hoy presidente Gustavo Petro, se sindicó a la ganadería como un factor de contaminación global, también asociado a su carácter “extensivo” y a los ganaderos como paramilitares.
La ministra Cecilia López dijo en entrevista con El Tiempo que la inequidad del acceso a la tierra en Colombia se debe a la ganadería extensiva y que este gobierno no obligará a los ganaderos a entregar parte de sus tierras, sino que buena parte de ellas las utilicen para otras actividades como la siembra y producción de alimentos. Pero todo bajo un acuerdo con el Estado. Cuando habla de un catastro multipropósito, ¿quiere decir que les subirá impuestos a las tierras para poder expropiarlas si no logra un acuerdo con el ganadero?
El desconocimiento de la ministra y del presidente frente a los sistemas de producción de ganado los hace asegurar la invalidez de los sistemas extensivos. En el trópico bajo, donde se desarrolla la ganadería de carne y de doble propósito, no es posible sustentar la misma en condiciones de estabulación. Esa es la gran diferencia. Pero, ¿por qué se da esto? Por las altas temperaturas, por la transmisión de enfermedades y por la agresión al confort animal.
Los sistemas de producción de leche (doble propósito) y de carne (cría y levante) corresponden a pequeños y medianos productores. ¿Inequidad? Recordemos que la producción de leche se da en el mundo en dos sistemas: el especializado, intensivo o semiintensivo, que se presenta en los países templados o en las tierras frías del trópico. El otro sistema es el de doble propósito, que se desarrolla principalmente en el trópico bajo o tierra caliente. En las áreas templadas se produce el 20 % de la leche que se da en el país y en el trópico bajo la producción es del 80 %.
Desde la perspectiva ambiental, bajo cuyo concepto pretenden acabar la ganadería, encontramos que los sistemas de producción fundamentados en los de pastoreo de especies forrajeras tropicales hacen un muy importante aporte de oxígeno a la atmósfera y captura de CO₂. Es posible asegurar que las praderas se convierten de esta manera en sumideros de carbono.
El cuento de que las vacas contaminan el medioambiente es completamente falso. Además de mostrar una profunda ignorancia en el tema, dejan vislumbrar un oscuro propósito para el futuro de la ganadería en el país.
La señora ministra deja entrever que la ganadería compite con la producción de alimentos al posicionarse “en suelos fértiles”. En virtud del desarrollo de los sistemas de pastoreo, suelos de baja fertilidad se han convertido en agrícolas (altillanura). Los sistemas ganaderos no compiten con los agrícolas, se complementan: agropastoriles, silvopastoriles y agrosilvopastoriles.
La experiencia del señor Obed García en el tema ambiental con la ganadería extensiva logra argumentar que el desarrollo de los sistemas de pastoreo se conforma como una estrategia de mitigación y adaptación, al tiempo como la más efectiva, económica y técnica disciplina de abordaje para el calentamiento global. Así se logra desvirtuar el argumento de la izquierda radical en nuestro país.
Hay una alerta que debe preocupar a los colombianos, sobre todo a los ganaderos: la aprobación y, por ende, aplicación de ese adefesio llamado Escazú, mediante el cual se viola la soberanía nacional, posibilitando el señalamiento a los productores de ganado por la Corte Internacional de Justicia como criminales ambientales. Este acuerdo permite la legitimación de terceros sobre las decisiones particulares sobre su propiedad. También facilita, a través de esta corte, frenar proyectos agrícolas por supuestas irregularidades y por el desarrollo del campo.
Sí, la ganadería colombiana está en riesgo en manos de Gustavo Petro y su ministra de Agricultura.