El 25 de febrero de 2024, Colombia sufrió otro ataque a la libertad de prensa. Esta vez se trataba de la portada de Cambio, en la que hablaban de la supuesta candidatura de la periodista Vicky Dávila a las elecciones presidenciales de 2026. María Jimena Duzán es su autora material. Sin embargo, los autores intelectuales de dicho ataque son algunas personalidades públicas que utilizan sus peones en el periodismo, como Duzán, para desprestigiar a sus críticos. Una de ellas es Claudia López, próxima candidata presidencial.
A tan solo once minutos de que Cambio publicara el artículo, la exalcaldesa divulga un elaborado montaje en el que hace una mofa de la supuesta candidatura de Vicky. Así lo expone el periodista Eduardo Mestre (@OtraPreguntaA) en su cuenta de X en la que cuestiona la cercanía de los tiempos de publicación de las dos piezas y deja entrever una cooperación entre Duzán y López, como si estuvieran previamente coordinadas. ¿Periodismo ajeno a intereses políticos? ¿Qué intereses hay detrás?
La reciente labor de SEMANA ha sido, principalmente, la de investigar los escándalos que empiezan a revelar un entramado considerablemente sucio. Vicky Dávila, su directora, ahora es señalada por López y Duzán de utilizar el periodismo como “ropaje para acabar con el contrario” en medio de la competencia presidencial. Lo cierto es que SEMANA no ha sido ningún proyecto político, sino el trabajo periodístico que los jueces han avalado para sus respectivas investigaciones.
El artículo de Duzán se basa en una encuesta que se movió en los círculos internos de la política colombiana. Duzán no reveló toda la verdad sobre la encuesta en su artículo, la acomodó, mostrando solo los resultados que menos lesionaban a Claudia López. Fue en un video posterior que María Jimena decidió revelar que Vicky le ganaría por quince puntos a Claudia, si las elecciones fueran hoy. ¿Será dicho resultado el que impulsó a la exalcaldesa a mover sus marionetas?
Ahora bien, el tema central en esta discusión no es si Vicky Dávila va o no a lanzarse a la Presidencia. De hecho, ya ha habido presidentes con título de periodistas, como Juan Manuel Santos o Andrés Pastrana. Cualquier ciudadano podría lanzarse a la Presidencia y si, en aras de la defensa de la democracia, se ve pertinente, ¿cuál sería el problema? No obstante, el tema central es la campaña de desprestigio contra Vicky, para la que María Jimena Duzán se ha prestado.
Hace unas semanas, antes de la polémica portada, Duzán fue invitada a la Universidad de La Sabana para participar de una charla sobre la polarización. María Jimena posó de neutral y de un referente periodístico ajeno a cualquier interés político. Afirmó que era dañino que la prensa alimentara la polarización. Sin embargo, todo esto incurre en una falta de coherencia.
¿Cómo es posible que María Jimena Duzán critique la supuesta utilización de los medios para fines políticos cuando ella misma pareciera la marioneta de políticos como Claudia López? Las coincidencias entre estas dos mujeres parecieran ser parte de una estrategia para deslegitimar el control de la prensa a ciertas figuras políticas y para ir posicionando a la exalcaldesa de Bogotá como la candidata del progresismo que debe llegar a la Casa de Nariño.
La rabia y el ataque de Duzán contra Vicky Dávila viene de tiempo atrás, ha pedido su renuncia a SEMANA dos veces en unos meses. Pero María Jimena no está sola, otros periodistas la acompañan en su implacable cruzada contra la directora de este medio. La verdad es que la dirección de Dávila y su equipo frente a la revista ha posicionado nuevamente a SEMANA. Críticas las podemos tener todos, pero pasar a desprestigiar su trabajo frente a las investigaciones que han estremecido el mundo político y judicial por rencores del pasado es caer muy bajo.
Claudia López debería escoger mejor a sus “locutores” o “voceros” de campaña. María Jimena Duzán no está apta para hablar de neutralidad cuando hizo parte de las negociaciones de paz con el ELN aun estando en Cambio. Si va a representar al Gobierno, que no está mal y está en su derecho, posponga sus labores periodísticas y no juegue a dos bandas. Definitivamente, no parece tener la credibilidad necesaria, menos cuando señala a Vicky de querer hacer política cuando la que ha sido incluso funcionaria ha sido María Jimena. Andrés Pastrana la nombró cónsul en Barcelona; vaya uno a saber si la animadversión contra el expresidente Uribe empezó por no mantenerla en el consulado.
La obsesión por destruir el trabajo de Vicky Dávila y los periodistas de SEMANA es preocupante. Duzán alimenta la polarización que tanto critica y pareciera que usa el periodismo para atacar a sus colegas. ¿Estará en la posición para arremeter de esa manera? Esa bocanada de aire fresco que confesó sentir cuando el presidente Petro ganó las elecciones debería servirle para aceptar que el periodismo que ella ejerce viene de un activismo de izquierda. Hoy tiene la opción de dejar que la exalcaldesa la nombre, de manera transparente, su jefe de prensa en la campaña.
Está en sus manos, y en las de Claudia.