De acuerdo con el reciente informe de Human Right Watch presentado en la Universidad del Rosario, más de un millón y medio de venezolanos ha indicado podrían abandonar el país antes del fin del año. Si eso llegara a ser así, Colombia sería la afectada no solamente por los efectos que tendría esa nueva ola en la seguridad y las condiciones de nuestro país, sino por el incremento de la migración a través del Tapón del Darién.
En el debate entre el expresidente Trump y la vicepresidenta Harris, Trump afirmó que los migrantes, especialmente los venezolanos, han generado una preocupante ola de inseguridad en muchas ciudades norteamericanas, lo que al parecer es cierto.
Además, en forma irresponsable afirmó que los migrantes se estaban comiendo los perros y los gatos en el país. Pocas familias norteamericanas no tienen un perro o un gato en su hogar. La señora Harris, por el contrario, advirtió que esa afirmación era falsa y se refirió en términos muy equilibrados al problema de la migración.
Durante su campaña presidencial, Bill Clinton criticó la política de Bush de rechazar la migración haitiana y dijo que si era presidente la revisaría y estudiaría los casos de los haitianos individualmente, para decidir si serían aceptados en Estados Unidos. A los haitianos les brilló la esperanza cuando Clinton ganó la presidencia.
De la noche a la mañana febrilmente se dieron a la construcción de barcos de todo tipo, desde chalupas hasta embarcaciones de algún calado, para trasladarse a los Estados Unidos. En un breve lapso centenares de botes estuvieron listos para transportar a unas doscientas mil personas. Todos los haitianos esperaban con impaciencia el día de la posesión del nuevo presidente.
Sin embargo, a pocos días de su posesión, cuando millares de haitianos se encontraban ya en las playas listos para desplazarse a los Estados Unidos, los asesores del Clinton le señalaron que debía retractarse rápidamente, porque de otra manera podría enfrentar una grave crisis migratoria, como la que debió soportar el presidente Jimmy Carter con los ‘marielitos’ procedentes de Cuba.
Clinton actuó de inmediato, pero además dio el visto bueno para que se estableciera un bloqueo naval en las cercanías de Haití para evitar la salida de las embarcaciones hacia los Estados Unidos.
Ojalá si la vicepresidenta Harris gana la elección, como parece posible, y Trump con sus excentricidades es derrotado, no se vaya a presentar una reacción parecida y muchos venezolanos, haitianos, ecuatorianos y de otras nacionalidades inicien una desbocada carrera hacia los Estados Unidos. Ya no tratarían de pasar trecientos mil por el Tapón del Darién, como ha sucedido desde el principio de este año, sino quién sabe cuántos más maltratados y estafados.
Los que se podrían muy contentos, serían los del Clan del Golfo, dueños y señores de la migración por el Tapón del Darién. Pero, en fin, estamos en la paz total.