El Gobierno de Gustavo Petro se montó en el poder bajo la premisa del cambio y la promesa de que las acciones corruptas de los gobiernos anteriores quedarían enterradas para darle paso a una administración que solo beneficiaría al pueblo y a los menos favorecidos. Pamplinas.
Las declaraciones de Sneyder Pinilla a revista SEMANA y lo que se conoce tiene la Fiscalía en sus manos, nos devuelven a lo másasqueante de la política colombiana: la manera en que se reparten dineros para sacar adelante contratos u objetivos políticos. Corrupción.
Sneyder Pinilla crea el capítulo de la sneyderpolítica, uno tan oscuro y atroz como la farcpolítica y la yidispolítica. Uno que tendría ejecutadores, objetivos y cerebro.
Sobre los ejecutadores. Según lo declarado por el exsubdirector de la UNGRD, miles de millones de pesos de los contratos para los carrotanques en La Guajira habrían sido entregados a Iván Name, presidente del Senado, y a Andrés Calle, presidente de la Cámara, con el objetivo de sacar adelante proyectos respaldados por el Ejecutivo. Mermelada, cash.
Las declaraciones de Pinilla forman parte de todo el entramado de supuesta corrupción que emana de la UNGRD, de donde salió su exdirector Olmedo López en medio de señalamientos por los contratos de más de 78.000 millones de pesos y que ahora nos estaríamos dando cuenta también de que fueron usados como caja para mover temas electorales y políticos.
Sobre los objetivos, según lo denunciado, el mecanismo usado habría sido la entrega de maletas con efectivo para mover votos en el Congreso a favor de las reformas y, para ello, habrían participado intermediarios del alto Gobierno como la consejera para las regiones, Sandra Ortiz.
Y sobre el cerebro. ¿Quién dio la orden? En las declaraciones de Sneyder Pinilla se menciona al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. ¿Estaba moviendo el Congreso con incentivos económicos provenientes de los contratos para el agua de La Guajira que nunca llegó? Él dice que no. Entonces, ¿quién dio la orden?
Qué desgracia. Otra vez maletines con plata. Esta administración ha estado infestada con episodios de maletines con efectivo: las bolsas que recibió Gustavo Petro; las maletas que le robaron a Laura Sarabia; la maleta que encontraron en las oficinas de la UNGRD que supuestamente tenía 500 millones de pesos; las amenazas de Aida Merlano, la señora de las maletadas de efectivo con propósitos electorales, y ahora estas maletas para supuestamente los más altos miembros del Congreso.
¿Qué dicen en el Partido Verde, otrora faro de la supuesta lucha anticorrupción y de altísima autoridad moral para sindicar a diestra y siniestra?, ¿qué dicen del Partido Liberal, casa del doctor Calle?, ¿qué dice el presidente, quien hizo los nombramientos en la UNGRD y en el Ministerio del Interior?
Creo que la nueva fiscal se juega gran parte de su legado. Es el momento de demostrar su talante como fiscal independiente. Finalmente, si estos dineros que menciona la sneyderpolítica fueron usados para que pasaran las reformas, el Congreso debería detener inmediatamente su debate. De otra manera, estarían todos tapándose con la misma cobija.
Este Gobierno y sus activistas se hicieron elegir prometiendo el cambio y gritando dos cosas: ¿quién dio la orden?, y ¿los niños de La Guajira?
La sneyderpolítica les devuelve las mismas preguntas, incluso con más fuerza e indignación: ¿quién dio la orden? Y, ¿qué pasó con las ayudas para los niños de La Guajira? La administración Petro está dando señales de que con su llegada nada cambió y que los cánceres que siempre han golpeado a Colombia como corrupción, injusticia, privilegios, roscas y mentiras no se eliminaron como se prometió, sino que, por el contrario, hicieron metástasis.