Una visionaria que abrió el camino al teatro musical en Colombia, una maestra que formó a generaciones de niños y jóvenes, una artista que vivió y murió en el escenario. Así recordamos a María Isabel Murillo, más conocida como Misi, cuyo legado sigue vivo en la Universidad del Rosario, que ha asumido el honor de continuar con su misión a través de URosario Misi. Su partida, hace casi cinco años en noviembre, fue tan poética como su obra: se dio en pleno escenario tras el estreno del musical ‘30 años de Navidad’. Y ahora, que precisamente se acerca Navidad, todos esperamos con gran ilusión el show de Misi que tanta alegría genera a nuestro país en esta época decembrina.
Misi dejó grandes lecciones de vida, no solo para los artistas, sino para todos aquellos que quieren emprender para realizar sus sueños. Comparto algunas de sus valiosas enseñanzas:
1. Atreverse a soñar. Misi era una “soñadora incorregible”, como ella misma se definía. Nunca se dejó limitar por las circunstancias y desde muy joven, se propuso hacer teatro musical con niños y jóvenes en un país donde no existía tradición de este género teatral. Su primer espectáculo de teatro musical, Un sueño de Navidad, se estrenó en el Teatro Colsubsidio en diciembre de 1987 y marcó el inicio de una exitosa trayectoria.
2. Hacer lo que nos apasiona. Misi creía que la felicidad es el motor de la realización personal y profesional. Por eso, siempre buscó hacer lo que le gustaba y le llenaba el alma, sin importar las dificultades o los obstáculos que se le presentaran.
3. Aprender a equivocarse. Misi no le tenía miedo al fracaso, sino que lo veía como una oportunidad para aprender y mejorar. “El mejor legado que se le puede dejar a una generación joven es: aprendan a equivocarse”, decía. Sabía que lo más importante era levantarse, reconocer, corregir y seguir adelante, sin culpas.
4. Preguntar, lo peor que puede pasar es que te digan que no. Así pensaba Misi, una mujer valiente que no se rendía ante los desafíos. Su pasión por el teatro musical la llevó a buscar siempre la forma de hacer realidad sus proyectos, aunque eso implicara tomar riesgos y enfrentar el no como respuesta.
Con esa determinación para tocar puertas, consiguió numerosos éxitos y son muchas las anécdotas que pueden ilustrarlo. Así logró la hazaña de que, con pocos recursos y en el año 1992, 80 niños colombianos viajaran a Expo Sevilla y Euro Disney en París para mostrar su talento y, de la misma forma, hizo posible que nuestro país disfrutara de grandes títulos de repertorio universal tras obtener los derechos oficiales con las productoras más reconocidas del mundo.
Ella misma contaba con emoción cómo, para celebrar el décimo aniversario de Misi Producciones, se animó a contactar a dos grandes maestros de la música: John Williams y Jorge Calandrelli. El primero le dijo que no, pero del segundo recibió un sí, y fue así como pudo tener a un gran orquestador para la música que ella compuso para el espectáculo.
Hoy en día, las producciones Misi son orquestadas por el maestro Larry Hochman, ganador del premio Tony y uno de los músicos más representativos en el mundo de Broadway.
5. El miedo es el peor consejero. Misi sabía que el miedo paraliza y nos impide avanzar. Por eso, siempre se preguntaba cuál era la oportunidad que había detrás de cada situación difícil. De ese modo, logró mantenerse vigente por más de 30 años en el mundo del teatro musical, creando más de 20 musicales originales y cerca de 2000 canciones, y transformando miles de vidas a través del arte.
Misi creía que, al tomar acción, el miedo desaparece. Un ejemplo de ello fue lo que ocurrió minutos antes del estreno del Mago Oz en el año 2002 cuando hubo una falla técnica en el teatro y Yaneth Waldman, gran actriz y exponente del teatro musical en Colombia, sufrió un accidente. Misi no lo dudó ni un segundo: “si me toca reemplazar a Yaneth, yo lo hago”, dijo. Se montó en la escoba, se pintó la cara de verde y se preparó para volar por la tramoya del teatro y ser la Bruja del Este. Ese era el espíritu de Misi, siempre decidida, atenta a las necesidades de los demás y con una marcada vocación de servicio. Yaneth como la gran profesional y artista que es, logró estrenar, pero esta es una de las anécdotas más recordadas en la compañía, el día en que Misi tuvo que “hacer de la bruja”.
Cuando ya se cumplían tres décadas de su obra, ella misma auguró con confianza lo que seguiría: “De sueño en sueño se fue construyendo lo que hoy celebramos. Y tengo la certeza de que no es el final, esto apenas comienza”. Pocos años después de su partida, uno de sus grandes sueños se materializó: la profesionalización del teatro musical en Colombia, que hoy es una realidad en la Universidad del Rosario con el programa de Teatro Musical. En honor a su memoria, presentaremos el musical “Simplemente Navidad” a partir del 25 de noviembre en el Teatro Colsubsidio.
Creo que no hay mejor manera de cerrar estas reflexiones que compartiendo un valioso extracto de su libro “El escenario de mi vida”, en el que ella expresa:
“Para muchos, no tener los recursos necesarios se puede convertir en un obstáculo para emprender el camino que lo puede llevar a cumplir su misión, su sueño, antesala de todo gran proyecto, pero como habrán podido constatar en este libro, ese no ha sido el caso de esta compañía. Los recursos nunca estuvieron completos antes de empezar ninguno de los proyectos; y si yo hubiera esperado hasta tenerlos, jamás habría existido Misi Producciones. El miedo es el peor consejero, hay que confiar, la vida siempre sabe más”.
@alejandrocheyne, rector Universidad del Rosario.