A la lista de rankings mundiales de criminalidad que lidera Colombia: medalla de oro como productor de cocaína, campeón histórico en el número de muertes por minas antipersonal, líder en los millones de desplazados internos y en el conteo de asesinatos de líderes sociales. También hay que sumarle otro primer puesto, el de ser el país con la mayor tasa per cápita de contaminación por mercurio (1,6 kilogramos por persona, según WWF). La causa del tráfico de casi 150 toneladas anuales de mercurio es la minería ilegal de oro, que lo usa en abundancia para separar las arenas del oro. El oro extraído de forma ilegal se queda en el bolsillo de actores armados y el mercurio sigue su camino hacia las fuentes de agua, después se fija en las algas, los pescados y por último se bioacumula en los intestinos de los colombianos pobres que viven río abajo de las zonas mineras. Un estudio de Parques Nacionales y la Asociación de Autoridades Indígenas, estableció que la zona de mayor afectación era la cuenca del río Caquetá, donde al estudiar las muestras de cabellos de cientos de residentes en la zona, se encontraron niveles de entre 15 y 19 veces más partículas por millón de mercurio que las recomendadas por la OMS. Con el precio internacional del oro en su punto más alto en cinco años (USD $1,526 por onza) y con el dólar también trepando, la utilidad de la minería ilegal se benefició de una doble coyuntura, por eso tenemos más dragas en los ríos y más frentes de corte de minas de socavón en las montañas, y en consecuencia la demanda por mercurio se mantendrá en expansión. El problema del mercurio es global y para contenerlo se firmó el convenio de Minamata hace seis años, que busca darle (algo) de orden y control al tráfico mundial. Colombia honrando su tradición multilateral ha sido diligente en suscribirlo y llevarlo al Congreso, incluso imponiendo controles adicionales. Se restringió el mercurio de manera progresiva desde 2013, en 2018 entró en vigencia su prohibición para la minería y esta restricción debe ser total a partir de 2023. En el papel, desde hace un año no existe la importación y comercialización de mercurio en la minería. Pero, realmente ¿Se ha reducido el comercio de mercurio? No hay hasta ahora una evaluación rigurosa de los impactos de la Ley 1658 de 2013 (para la transición en el uso de este elemento) ni del Plan Único Nacional del Mercurio (2014). Pero sí tenemos algunas pistas, que señalan que a pesar de su prohibición normativa, el mercurio sigue llegando a las minas ilegales. Casi al mismo tiempo que se redujeron el centenar de toneladas de mercurio que importaba Colombia legalmente, se aumentaron en igual proporción las importaciones de este elemento en Bolivia, sin que exista una razón objetiva y legal para justificar la mayor demanda boliviana. La principal sospecha es contrabando. Las incautaciones de mercurio de la Policía han tenido cifras récords en el último año y muestran varias tendencias: primero que el mercurio no llega hasta Bolivia sino que se desvía en puertos previos y de allí se manda hacia Colombia; segundo, que la ruta del mercurio es la misma del cigarrillo, el whisky, leche en polvo y otros productos de contrabando, incluso en algunas aprehensiones venían mezclados alimentos y mercurio en los camiones, tremendo peligro para la salud. Tercero, que los puntos de entrada al país se dan por la frontera con Venezuela y el Golfo de Urabá desde donde el ELN y el Clan del Golfo mantienen rutas de narcotráfico y zonas de producción minera. Un síntoma de la baja institucionalidad es la falta de doctrina y prioridades operativas frente a este tóxico contrabando, una imagen de apoyo presentada por Caracol Televisión (29.05.2019) en el cubrimiento de la mayor incautación de mercurio de la historia, muestra a un grupo de policías a mano pelada y sin el más mínimo mecanismo de protección, manipulando el mercurio que estaba encaletado en las puertas de un bus. Las autoridades presentes en el operativo seguramente no saben que este metal se evapora y es de gran movilidad en el ambiente, al respirarse afecta el sistema nervioso, el digestivo, e inmunológico, los riñones, la piel y los ojos. La Cancillería, el Congreso y especialmente el Ministerio de Ambiente han dado un importante paso al bloquear el tráfico legal de mercurio, ahora viene el desafío más complejo para el Estado, también impedir el contrabando.