En la última encuesta realizada por el Ministerio de Trabajo, sobre violencia sexual y acoso laboral, se encontró que más de la mitad de las y los entrevistados habían sido víctimas de violencia sexual en sus lugares de trabajo.
En esta encuesta, publicada en la página web de Función pública, también se detectó que los actos más frecuentes fueron solicitudes reiteradas para tener sexo (82 %), intento y ocurrencia de acto sexual (79 %), contacto físico consentido que se pasa de límite (72 %).
A pesar de que la mayoría habían sido víctimas, los y las encuestados no se reconocían como tal.
Por su parte, de las mujeres que han sufrido violencia sexual, el 41% prefiere manejar la situación por ellas mismas, ya que temen perder su trabajo; y solo un 10% manifestó haber reportado la situación a su empleador o jefe directo. Finalmente, de quienes presenciaron actos de acoso sexual, la mayoría reconoció no tomar acción alguna; el 24% ofreció consejo a la víctima; el 2% notificó la conducta al Comité de Convivencia Laboral; y el 1% ante una autoridad competente. Solo en materia de acoso sexual laboral tenemos para las mujeres un panorama completamente alarmante desde hace varios años.
Esto es aún más grave cuando revisamos las cifras de violencia sexual: en el año 2021, según el informe realizado por el Instituto Nacional de Medicina Legal, se realizaron 21.434 exámenes por presunta violencia sexual. De esa cifra, el 87.37 % fue realizado a mujeres. Esto quiere decir que la cifra de violencia sexual aumentó 21.11 % con respecto a 2020, y continuó en aumento durante el año 2022.
Con este panorama frente a nosotros es imperativo tomar acciones para combatir este problema y llegó el momento de ponerle la lupa a la violencia sexual, máxime después de escuchar las denuncias que en diferentes escenarios se han realizado frente a presuntos acosos sexuales al interior del Congreso de la República.
Para ello hemos publicado y comenzado la implementación del “PROTOCOLO INTEGRAL PARA LA PREVENCIÓN Y ORIENTACIÓN INSTITUCIONAL FRENTE A CONDUCTAS DE VIOLENCIA SEXUAL, EN EL ÁMBITO LABORAL Y CONTRACTUAL, EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA - SENADO DE LA REPÚBLICA Y CÁMARA DE REPRESENTANTES” que busca a través de 3 ejes (prevención, orientación y no re-victimización) dar los primeros pasos para construir un ambiente seguro de trabajo para todas y todos.
En este documento consignamos estrategias de prevención a través de campañas de sensibilización, capacitación y socialización, así como una ruta de orientación clara para las víctimas de violencia sexual que cuide, ante todo, el no re-victimizarlas durante el proceso de denuncia.
También, hemos instalado una mesa de seguimiento al protocolo, para revisar qué estrategias de socialización y sensibilización se han llevado a cabo, así como las dificultades y logros de las mismas. Queremos que este protocolo sea realmente efectivo no solo para las víctimas, sino para el Congreso mismo.
Queremos que las víctimas tengan espacios seguros dónde puedan seguir el debido proceso con la información y las herramientas adecuadas, sin miedo. Así mismo, queremos entornos de trabajo seguro, donde des-naturalicemos las violencias a las que llevamos tanto tiempo acostumbrados. Este protocolo es el primer paso para ello.
Quiero manifestar abiertamente que las mujeres no somos moneda de cambio, que tenemos conocimientos, capacidades, habilidades, destrezas y merecemos espacios seguros y libres de violencias para trabajar y para vivir dignamente.