Desde los noventa, el sistema financiero colombiano no había vivido una transformación tan importante como la que hemos evidenciado recientemente.
En esa época, las entidades de sistema de pagos y banca tradicional sufrieron una gran transformación, reducción del encaje bancario, nuevas instituciones, licencias para operar mas flexibles, nuevos productos, que dieron rienda suelta a la imaginación.
Por otro lado, el mercado de capitales fue inexistente y a raíz de la necesidad de financiar inversión en el sistema energético nacional, un líder nace y por medio de normas imperfectas y con gran pasión, desarrolla las primeras emisiones de deuda publica e inspira a inversionistas institucionales locales e internacionales a invertir en Colombia.
Todo lo anterior, sirvió para suplir las cambiantes demandas de una población cada vez más informada y con ganas de construir su patrimonio.
Hoy vivimos una situación similar. Los colombianos demandan nuevos productos del sistema financiero que se ajusten a su nivel educativo, forma de comunicarse y de planificar sus objetivos económicos, en un entorno digital y los cuales les permitan continuar construyendo su patrimonio.
Es por ello que el equipo de la Unidad de Regulación Financiera (URF) del Ministerio de Hacienda ha nacido como ese líder que solo se ve en las situaciones difíciles. Con un presupuesto muy limitado, este equipo de personas ha construido procesos claros que evalúan las necesidades del mercado, estudios técnicos sobre posibles soluciones y análisis comparativos frente a los desarrollos en otras geografías, para poder expedir normas dinámicas que transforman al sistema financiero, sin caer en el error de cubrir necesidades urgentes en una crisis política.
Más importante aún, tienen un proceso que evalúa la efectividad de la normativa expedida para permitir al nuevo ministro de turno evaluar con fuentes estadísticas y data robusta si se debe modificar, cambiar o mantener legislación expedida en otros periodos.
Mas aún, en la agenda anual de la URF, los actores del mercado hemos visto representadas nuestras necesidades y tenemos total información sobre los temas que se estaban trabajando. No es en vano que hoy todos tengamos la sensación que el ministerio de hacienda es una entidad de puertas abiertas.
Por lo tanto, Colombia hoy cuenta con un sistema de pagos más dinámico, más competido, con regulación de open banking que está por salir, pero sobre todo, existe un proyecto del Banco Central que permitirá realizar pagos instantáneos y tener confirmación de transacciones en tiempo real. Esto es increíble, porque deja atrás los anticuados pagos de batches que a veces no se pueden realizar y nos enteramos dos días después.
Todo esto suena muy bien… ¿pero por qué no se ha podido desarrollar política pública para transformar el mercado de capitales en Colombia?
Hoy las pensiones de los colombianos están en las discusiones de todos porque, por un lado, los fondos de pensiones no presentan rentabilidades muy interesantes para los ahorradores y, por otro, tampoco existe producto para que los inversionistas de los fondos de pensiones puedan inspirar su creatividad.
Más importante aún, las empresas tampoco han presentado interés en demostrar su creatividad y hacer uso de estrategias de financiación como emisión de acciones o bonos de deuda. Actividades altamente usadas en países desarrollados y que hoy la mayoría de financieros conocen por sus estudios en universidades locales e internacionales.
A diferencia de los noventa, hoy los colombianos sí tienen ahorros para comprar acciones y títulos de deuda corporativa, lastimosamente, la mayoría se encuentran en cuentas de ahorro, CDT y bien raíz.
Por lo cual, me pregunto por qué la URF no pudo emitir política pública a partir de las conclusiones en la Misión del Mercado de Capitales de 2019. Dicho reporte presenta mas de 200 sugerencias para transformar este mercado.
¿Será que necesitamos una catástrofe para que nazca un líder que desarrolle el mercado de capitales en Colombia?