Cuando se sanciona una ley todos quieren salir en la foto, cuando se hunde nadie quiere asumir el descrédito. Lamentable espectáculo están dando los responsables del fracaso de la reforma política. Ni los congresistas firmantes de la ponencia, ni el gobierno nacional quieren asumir su responsabilidad en los micos que la llevaron al hundimiento.
No es cuestión de poca monta. El presidente Petro fue elegido bajo la promesa política del cambio. Y este gobierno piensa que ese cambio significa modificar el statu quo y hacerlo radicalmente. El gobierno llevó a la agenda del Congreso 11 proyectos el semestre pasado y el presente semestre 18 proyectos nuevos. Entre ellos, las principales reformas sociales, salud, pensional, laboral y la reforma a la justicia.
Es una agenda de reformas que afectarán sustancialmente la vida y el bienestar de los colombianos. Desafortunadamente, lo que hemos visto hasta ahora realmente parece el preámbulo de un desastre. Cuando se escucha a congresistas evadir su responsabilidad sobre los micos aduciendo que provinieron de sus “comentarios académicos que luego aparecieron en la reforma”, realmente todos debemos valorar si el Congreso tendrá el talante, el tiempo y la profundidad necesarios para estudiar la agenda de reformas más radical que hemos tenido en años.
La experiencia con la reforma a la salud no ha sido la mejor. El gobierno presentó un Proyecto de Ley profundamente lesivo a la población, que afecta especialmente a los más pobres y que parece justificarse solamente desde la avidez del gobierno por echarle mano a los recursos de la salud. En todo el proceso de trámite, los argumentos políticos se han sobrepuesto a cualquier discusión técnica. El resultado no podrá ser otro que una ponencia donde se acomoden las posiciones políticas, en demérito del bienestar de los ciudadanos.
Mal augurio para el futuro. Las reformas laboral y pensional también requieren de un análisis profundo en sus implicaciones sobre el empleo y la protección de los riesgos laborales y de vejez de los colombianos. Debemos estar atentos a las ‘movidas’ del gobierno del ‘cambio’ para dar mermelada a los partidos de la coalición.
Importante que los colombianos y las altas Cortes, que tendrán la última oportunidad para proteger el bien común, revisen a profundidad lo que ha acontecido en otros países que también están afrontando situaciones que ponen en riesgo la integridad de su sistema de salud. En estas semanas, el Sr. Boric, quien pretendió a través de la fallida constituyente sustituir el sistema chileno de salud, hace esfuerzos desesperados por proteger los aseguradores privados de salud ante el inminente colapso del sistema de salud por una crisis inducida de liquidez.
Ni hablar de la funesta experiencia de Andrés Manuel López Obrador, quién en un ataque de autocracia eliminó de tajo el Seguro Popular Mexicano, esquema similar a nuestro régimen subsidiado, guardadas las proporciones. Pues hoy en México se ha denunciado que de los recursos destinados a la atención de las personas y donde se crearon como aquí se pretende frondosos fondos para manejar los dineros desde el ejecutivo, menos del 5% de los recursos se han destinado a los servicios de personas con enfermedades de alto costo y a la construcción y mantenimiento de la infraestructura.
Los partidos políticos de la coalición de gobierno tienen la total responsabilidad de lo que salga aprobado en el congreso. No podrán evadir su obligación frente a los colombianos.