Cada día en Bogotá se reporta el robo de cuatro bicicletas. La cifra ha ido en aumento. En el 2013, se reportaron 1.421 casos y en el 2014, la cifra subió a 1.450. Este año ya van alrededor de 400 reportadas. Es decir, el robo de bicicletas en la capital no es nada nuevo.Por eso es importante desde el Concejo insistir en el tema. Medidas como la adoptada por la administración de abrir un carril para bicicletas en la carrera 11 en el norte y eliminar la ciclorruta que iba por el andén contribuyen a la seguridad de los peatones y los ciclistas.Pero es necesario ampliar las acciones y el acompañamiento a otros puntos de la ciudad que he venido denunciando, porque generan inseguridad y están detectados.Entre los más críticos que he denunciado están los tramos de la avenida Ciudad de Villavicencio, la avenida Ciudad de Cali, la calle 80, la avenida Boyacá, la carrera 19 entre calles 134 y 161, la carrera 30 entre calles 68 y 100, la calle 116 y la carrera 15, para solo mencionar los puntos donde las denuncias que llegan a mi oficina han sido más frecuentes.Estas sin cifras que hemos corroborado con el Centro de Estudios en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc) que además ha ratificado el uso de armas para asaltar a los biciusuarios, que se encuentran impotentes a la cada día más frecuente delincuencia de bicicletas.Hoy los usuarios de las bicicletas sienten total abandono, inseguridad, y se sienten frustrados. Es la primera manifestación que encuentra uno al preguntarle a las víctimas, tanto deportivas como aquellas que usan la bicicleta como medio de transporte. Siempre su cara y su actitud manifiesta que se encuentran solos en la ciudad frente a la delincuencia. De cada 10, siete sienten al salir de su casa que lo van a robar.Cada uno de los testimonios manifiesta que los delincuentes que se dedican y se especializan en el robo de bicicletas no están solos, aseguran que detrás de los ladrones siempre hay mafias que compran las ciclas robadas.Qué tristeza que desde el Concejo trate uno de regular el uso de la bicicleta, los carriles de la bicicleta, de mejorar las campañas nocturnas para los ciclistas, de fomentar en los niños el uso de este medio de transporte y de diversión, y de armar debates para poderlos regular, cuando el hampa asecha en parques, puentes, alamedas, en bicicarriles y ciclorrutas y de un solo empujón un hampón acabe con la ilusión de promover la cultura de la bicicleta. Y lo más grave que haya una industria de bicicleteros que promuevan al ladrón a que siga con esta práctica.