El 28 de julio de 2024 se tiene planeado que haya elecciones libres en Venezuela. Mientras María Corina Machado y Edmundo González llenan las calles con miles de personas que tienen la esperanza puesta en un verdadero cambio, Maduro aumenta su autoritarismo.
La campaña electoral, desde su inicio el 4 de julio, ha dejado 71 personas detenidas arbitrariamente, según un balance de la ONG Laboratorio de Paz. Todas ellas relacionadas con el movimiento de Edmundo González.
La mejor estrategia para responder a la opresión del régimen es la movilización popular. Las masas deben mostrar con contundencia que la opción de que Maduro y su régimen del terror sigan en el poder es inviable y totalmente antidemocrático. No obstante, la verdadera presión de la gente se ejerce ese 28 de julio, por eso Maduro le tiene tanto miedo a la democracia.
La esperanza de que se realice una transición pacífica puede carecer de sustento y juzgarse de utópica por las artimañas que pueden articularse desde el Gobierno. Sin embargo, la fe recae en la observación electoral tanto de la oposición como de la comunidad internacional. Que el régimen no vaya a disfrazar un fraude de decisión popular es una preocupación que ya debe tener a los entes internacionales con las alarmas encendidas.
Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del Partido Popular en España, anunció que hará parte de la delegación española de observación y verificación del proceso electoral en Venezuela, liderada por el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado. Con el anuncio de la misión animaron a los venezolanos a votar masivamente y expresaron su intención de denunciar cualquier perversión del proceso electoral.
“La dictadura venezolana no podrá contar con la indiferencia española como aliada”, afirmó Cayetana Álvarez. Ahora bien, Maduro ha buscado tener sus alfiles en Latinoamérica, los cuales Rusia y China han aprovechado con apetito para ampliar su influencia en la región. No obstante, por mucha cortina de humo que haya e intentos de limpiarle la cara a la dictadura, la gravedad de las violaciones a los derechos humanos ha sido clara.
En menos de una semana, el Foro Penal, la organización líder en la defensa de los presos políticos en Venezuela y la oposición han confirmado el arresto de 11 personas, incluyendo al cantante que compuso una canción para la campaña de Machado y González, Wily Álvarez. A pesar de todas esas arbitrariedades, la esperanza de que Maduro caiga y le dé paso a la democracia todavía prevalece.
El miedo existe; por décadas ha calado en Venezuela. Sin embargo, los torrentes de la sociedad actual están llenos de esperanza en que el paso a la democracia sea posible. Los ojos de la comunidad internacional no pueden ser indiferentes ante posibles atropellos por parte del régimen.
Maduro le teme a la democracia, esa es la mejor de las premisas para cualquier investigación del proceso electoral que se pueda realizar.