En medio de la polémica sobre la participación de los “Padres Fundadores” de los Estados Unidos en la independencia de Colombia, la imagen del autor del reconocimiento norteamericano a nuestro país como nación independiente, Manuel Torres, pasa desapercibida. Con frecuencia así se forja la historia y se olvidan hechos esenciales en la política exterior. Después de la proclamación del congreso de Angostura de 1819, sobre la creación de la República de Colombia, los primeros pasos de la diplomacia gran colombiana, fueron los de lograr recursos económicos y materiales para consolidar la obra libertaria, ya que las batallas, por importantes que fueran, no implicaban la desaparición de la presencia del poder español en nuestros territorios. Eso tomó más tiempo. Todas las previsiones eran, además, que España, emprendería la reconquista de sus territorios, que no se resignaba a perder. En ese momento, resultaba fundamental el reconocimiento de Colombia como nación independiente, por parte de los Estados Unidos y de Inglaterra, para consolidar su independencia. Sin embargo, en ambos países existían muchas reticencias al respecto. Además, España se movía activamente para evitarlo. Las reservas residían en que no era lícito reconocer como nación independiente, a un grupo de rebeldes que ocupan el territorio de un estado con el cual mantenían relaciones. Por eso la misión que cumplió el primer agente de Colombia en los Estados Unidos, Manuel Torres, fue fundamental. Había nacido en España, pero fue un ferviente defensor de la independencia e incluso fue hecho prisionero por las autoridades españolas, no obstante ser tío el virrey Antonio Caballero y Góngora, antiguo Virrey de la Nueva Granada. Después de vivir en Tunja logró viajar a los Estados Unidos y se radicó en Filadelfia. En 1819 fue acreditado como representante de Colombia en ese país, con la misión de conseguir en préstamo armamento y una importante suma de dinero para consolidar la lucha independentista. A pesar de la consideración y el reconocimiento que tenía en los medios norteamericanos, los Estados Unidos no accedieron, por considerar que romperían su política de neutralidad que venían manteniendo frente a las dos partes: España y los rebeldes suramericanos. Manuel Torres, sin embargo, con inteligencia y discreción, logró poco a poco que el presidente Monroe y el Secretario de Estado Adams, simpatizaran con la causa colombiana. Finalmente, el 8 de marzo de 1822 el mandatario norteamericano anunció al congreso de su país que reconocería a las nuevas naciones americanas. El 19 de junio de 1822, Manuel Torres, muy enfermo logró trasladarse penosamente de Filadelfia a Washington, donde fue recibido por el presidente Monroe en calidad de representante de Colombia: ese acto constituyó, después de mil avatares, el reconocimiento por parte de los Estados Unidos de la independencia de Colombia. Torres murió un mes después. Sin él no hubiera sido posible, no sólo tan trascendental reconocimiento, sino la aparición de la Doctrina Monroe de “América para los americanos” que él promovió. Ese patriota colombiano, pero español, fue borrado paulatinamente de la memoria de nuestra patria. (*) Profesor de la facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.