Si la extensa entrevista que el general Zuluaga dio en La W, tenía por objeto apagar el incendio que produjo la denuncia hecha por SEMANA de que se utilizó la plataforma Andrómeda para interceptar los datos de los negociadores de paz y del propio presidente Santos, la estrategia les falló. El general, exjefe de la Inteligencia Técnica, fue contradictorio, impreciso y amañó la verdad. (Escuchar la entrevista). Primero, causó sorpresa al decir que tuvo un papel protagónico en la Operación Jaque. ( 1:11 ). Según mis fuentes, su participación no solo fue tangencial sino que se opuso al ascenso de por lo menos dos coroneles con las más altas credenciales de inteligencia, que sí tuvieron un papel protagónico. Esta columna pudo establecer que el argumento que utilizó el general para sacarlos del Ejército fue el de que pertenecían a la cuerda de Sergio Jaramillo, actual alto consejero para la Paz, a quien muchos generales consideran un traidor por haber sido el que destapó los falsos positivos cuando ocupaba el cargo de viceministro de Defensa del entonces ministro Juan Manuel Santos. No sobra recordar que los correos de Jaramillo han sido unos de los blancos ilegales de Andrómeda denunciados por SEMANA. Lo que no nos contó el general fue que su carrera en Inteligencia la inició en la desactivada y cuestionada Brigada 20 al lado del general Iván Ramírez, quien acaba de ser absuelto en primera instancia por los desaparecidos del Palacio de Justicia. Pero más allá de estas mentirillas que no lo dejan muy bien parado entre los suyos, están sus contradicciones y sus intentos por maquillar lo que verdaderamente sucedió en Andrómeda. El general afirma que el objetivo de esa fachada era simplemente establecer nexos con la comunidad de los hackers, que no reclutaban gente y que no hubo nada ilegal porque lo que hacían era un 'hackeo ético', aunque hace la salvedad de que él no puede responder por todos los hackers que entraban al café internet (16:21 ). En la Fiscalía reposan pruebas de pagos a hackers que demuestran que sí hubo reclutamiento. Pero además, como lo denunció SEMANA, en los dispositivos encontrados por la Fiscalía en el allanamiento, se descubrió una lista de más de 1.000 correos detectados como blancos para ser hackeados y en este momento la Fiscalía está mirando cuántos de ellos pudieron ser infectados. Lo que ha llamado la atención de los investigadores es que no se ha encontrado ninguna orden judicial. Sorprende eso sí que el general se cure en salud e insinúe que si hubo algo ilegal, fue a sus espaldas y señale como eventuales responsables a unos hackers descarriados. También miente cuando dice que no se destruyó ningún material, antes del allanamiento de la Fiscalía. El ente investigador tiene evidencia de que por lo menos un disco duro está golpeado y ese material reposa como evidencia en el CTI. ¿Si no había nada ilegal por qué se procedió a la destrucción del material? En el tema de los equipos para interceptar datos y voces también se contradice. Primero dijo que el Citec no tenía equipos para interceptar los correos de nadie, (9:35), y que tampoco tenía equipos para interceptar llamadas telefónicas (21:50). Sin embargo, en esa misma frase acepta que “sí tenemos radios para barridos de escucha que están en estaciones de unidades militares”. ¿Al fin qué, general? Lo cierto es que desde junio de 2012, fecha en que según el general se inició Andrómeda, información privilegiada sobre el proceso de paz le llegó al uribismo, al punto de que reveló la firma del acuerdo que dio inicio a los diálogos en La Habana antes de que lo hiciera el presidente. Y el correo interceptado de Santos publicado en los medios es de diciembre de ese mismo año. La revelación más importante de la entrevista es la de que el ministro Pinzón sí sabía de la plataforma Andrómeda. Si eso es cierto, el ministro le mintió al país cuando dijo que supo del tema por la publicación de SEMANA. Y si en realidad no sabía lo que sucedía en esa fachada, también queda muy mal parqueado. Pero tal vez la confesión más reveladora que hizo el general es la de que tiene copia de lo que se hizo en esa fachada. (42:55). ¿Por qué la tiene si esa es una evidencia que hoy forma parte de las pruebas que están bajo cadena de custodia de la Fiscalía? La revelación del general es más que preocupante porque hay copias de ese material vendiéndose por 50 millones de pesos en el mercado negro de la información en Bogotá. ¿De dónde habrán salido? Mientras este general nos oculta la verdad, SEMANA ha sido ya objeto de interceptaciones –se descubrieron micrófonos ocultos– y el periodista que investigó los escándalos dentro del Ejército, ha sido ya víctima de un atentado del cual salió milagrosamente vivo. Atentado que se produjo dos meses después de que el reportero informó al comandante del Ejército general Sergio Mantilla, al general Guzmán y al general Reyes de las investigaciones que se venían adelantando. (Los tres generales aparecen mencionados en los audios publicados por los medios). Según las pesquisas de la Fiscalía, al periodista de SEMANA, sus victimarios querían secuestrarlo para desaparecerlo. Y mientras el general Zuluaga sale en La W con el propósito de ponerles una lápida a las investigaciones, la familia del reportero que investigó la denuncia no deja de recibir amenazas de muerte.