El mundo se divide entre los que les gusta correr y los que aún no saben que les gusta correr. Punto. ¿Exagerado? Qué importa. He visto verdaderas transformaciones en materia de corredores, empezando por la mía propia. De todos los deportes del mundo jamás hubiera pensado en que el mío fuera correr. Pero a veces tratando de ayudar a otros, lo que uno termina haciendo es lanzándose un salvavidas. Así fue que aterricé en estos trotes hace muchos años. Visto en retrospectiva, correr, en especial medias maratones o maratones y distancias mayores, es para gente madura, que no es lo mismo que adulta. A lo que me refiero es a que el gusto por correr se desarrolla, como sucede con las aceitunas negras o las alcaparras fritas. Así pasa el tiempo hasta que un buen día miles de personas en el mundo (unos 9 millones corremos anualmente algún evento registrado ante la IAAF o las federaciones nacionales), muerden la manzana. Ese golpe de endorfinas y libertad bastan. Un solo bocado y se abre el paraíso a nuestros pies, un nuevo camino personal y deportivo. Correr es una actividad individual y un universo colectivo a la vez. En buena medida porque los corredores somos agradecidos: una hora para trotar, así sea con tapabocas, es una bendición; un rato para tomar aire, mover las piernas, sacudir nuestros pensamientos y cuerpos. Tiempo para sintonizar. Y agradecidos también a la hora de apoyar causas: en el mundo del “fitness philathrophy” las carreras de calle y de trail son las que más donaciones logran recaudar mundialmente; y buena parte de ese dinero es donado o recolectado por los propios corredores con destino a la lucha contra el cáncer. Por eso correr es mucho más que una tendencia de bienestar físico y emocional, es también una forma de generar lazos comunitarios, tejido ciudadano. El running hoy es considerado como una terapia y está registrado en estadísticas por el impacto que tiene en la salud de la gente. Ahora, en tiempos de covid19, correr se ha vuelto la puerta de salida del encierro físico hacia el camino del silencio personal. Por eso en Colombia hay una ventana de actividad diaria para caminantes, corredores y otros pocos deportes al aire libre, Chile abrió ayer las puertas de los parques nacionales y Paris ya permite que los corredores salgan después de las siete de la noche (respetando los protocolos exigidos). Muchas otras ciudades buscan formas de reinventar los beneficios del running sin aumentar los riesgos del coronavirus. Las carreras de 5km son las más perseguidas, casi tres millones de personas corren al menos una de estas al año, según estadísticas de 2019 recientemente publicadas por Jens Jakob. Y esa misma distancia es a la que están acudiendo diversas y reconocidas carreras del mundo para mantener activos a los corredores y a los entusiastas de hacer algo positivo en un tiempo y espacio restringido. Este próximo domingo termina el “2.6 Challenge” de la Maratón de Londres, que ha debido realizarse el pasado 26 de abril. El aplazamiento de la maratón tiene un impacto que va más allá de lo obvio: es el evento de atletismo con el récord global de recolección de fondos para la filantropía (84 millones de dólares en 2019) y con su cancelación miles de fundaciones están condenadas al cierre a pesar de ser precisamente las que atienden a la población más vulnerable. Por eso en el “2.6 Challenge”–un poco más de cuatro kilómetros- se han volcado todos los esfuerzos de corredores, deportistas o personas del común para recolectar esos fondos que ya no llegarán. A través de una conocida aplicación, la gente en el mundo entero registra su carrera o actividad virtual y la donación que aporta. Con ese mismo espíritu, ayer la Media Maratón de Bogotá anuncio la Virtual 5k, que se puede correr en la casa, sobre la banda trotadora, en el parqueadero del edificio, en la calle si es permitido o en cualquier lugar del planeta. Las carreras virtuales han tomado mucho vuelo en los últimos cinco años pues le permiten a los inscritos hacerlas el día que prefieran dentro de un rango de fechas, y registrar el mejor tiempo logrado con la ayuda de aplicaciones en los relojes de deporte o en el celular. Así, todos podemos correrlas sin aglomeraciones y a nuestro ritmo. La Virtual 5k dela MMB se abrió hoy y el cierre de inscripciones es el 15 de mayo. No tiene costo, pero se reciben donaciones a partir de 10 mil pesos, recursos que serán administrados por United for Colombia y se convertirán en mercados para más de 400 familias en Meta, Arauca, Santander, Antioquia, Bolívar e Istmina (Chocó), las zonas sanitariamente más vulnerables ante la pandemia. La carrera empieza el 16 de mayo y termina el 20, cinco días en los que cada quien podrá correr esos cinco kilómetros las veces que quiera. Únase a la causa si es corredor. Y sin todavía no sabe que lo es, inscríbase también pues está a tan solo cinco kilómetros de comprobarlo.