No es ningún secreto que la moda es la segunda industria más contaminante del planeta. Consume el 20 por ciento de los recursos hídricos mundiales y produce cerca del 10 por ciento de las emisiones de carbono. Pero, ¿en qué momento pasó esto? ¿Cómo hemos llegado hasta este desastroso punto? La respuesta es simple: compramos el doble de ropa que hace 20 años y la usamos por la mitad de tiempo. La nueva forma de consumo, impulsada principalmente por el fenómeno conocido como fast fashion, apoyado por grandes multinacionales que producen un sinnúmero de prendas a bajo costo con una fuerte deslocalización de las empresas, ha resultado en consecuencias desastrosas para el medioambiente. En el último pacto para la sostenibilidad de las Naciones Unidas se dieron ciertas guías acerca de las soluciones a tan inmenso problema. Se calcula que, si usamos las prendas durante el tiempo estimado de vida útil y abandonamos el modelo de moda de ‘usar y tirar’, conseguiríamos reducir las emisiones de carbono un 25 por ciento. Lo que significa que si la forma de consumo es lo que nos ha llevado al problema, va a ser también la solución. Si tenemos en cuenta que para fabricar unos jeans gastamos aproximadamente 10.000 litros de agua, y multiplicamos eso por todos los jeans que tenemos en el clóset, sin duda estamos ante un problema ambiental sin precedentes. Le recomendamos: ¿Qué tan sostenible es la ropa ecológica de las cadenas de moda rápida? Gracias a la tecnología están surgiendo nuevos modelos de negocio de moda circular a partir de los cuales se pueden completar los ciclos de vida de las prendas con modelos de alquiler, compra y venta de ropa usada. Estos modelos de economía colaborativa están teniendo gran impacto en Europa y USA y empiezan a consolidarse en América Latina, pues a pesar de que en la región no existe una cultura consolidada del usado, en países como Colombia y México la plataforma de compra-venta de ropa de segunda mano GoTrendier ha logrado que, en los tres años de actividad, más de un millón de prendas tengan una segunda vida y se espera que para 2021 se llegue a dos millones. En este sentido, Latinoamérica sigue los pasos de un alto crecimiento del sector de la moda usada, que año tras año gana más aceptación, pues las usuarias se sienten confiadas sobre el origen de las prendas, logrando que los modelos de consumo responsable de ropa de segunda mano sean exitosos. Le sugerimos: Reusar: la tendencia que no pasará de moda Se calcula que para 2025 el mercado de moda usada de Estados Unidos iguale al retail, según el informe de Thred Up de 2020. Sin embargo, aunque existen opciones esperanzadoras que pueden ayudar a mitigar el problema, es de vital importancia que la industria, los gobiernos y los consumidores tomen acción de manera urgente para generar un cambio real con consecuencias positivas para el medioambiente.