Repugna leer el contenido de los audios revelados por el periodista Gonzalo Guillén en los que aparece la voz del narcotraficante ‘Neñe’ Hernández hablando sobre un fraude electoral en favor de la candidatura del hoy presidente Iván Duque.  La tranquilidad con que se ensucian las manos, el tal ‘Neñe’, un narco untado de sangre, buscado por la justicia, cuyo asesinato fue resaltado por el uribismo como si se tratara de la muerte de un prestante ganadero, y la tal MD, que según Julián F. Martínez se trataría de María Claudia Daza, el brazo derecho del expresidente Uribe, demuestran la putrefacción de la política en Colombia.

Pero tal vez lo que más me sorprendió fue la manera casi jocosa con que ‘el Ñeñe’ confiesa que la compra de votos para beneficiar a Duque la hacen con un dinero robado a la campaña de Germán Vargas Lleras en la primera vuelta electoral. Esta confesión abre la posibilidad de que a Vargas Lleras le hayan robado las elecciones en la primera vuelta y explicaría su desplome: solo sacó 1,4 millones de votos, casi menos de la mitad de lo que se esperaba que fuera a sacar. Teniendo a los Char con él, reconocidos por ser los grandes jefes de la política de la costa, lo lógico era que Germán Vargas hubiera ido a segunda vuelta. En su momento esa baja votación fue interpretada como una señal de que los Char lo habrían abandonado, pero a la luz de estos nuevos audios lo que demostraría es que los Char habrían utilizado dineros destinados para la campaña de Vargas para favorecer a Duque en la segunda vuelta, como lo dice ‘Ñeñe’ en los audios. Si es cierto que a Germán Vargas le robaron las elecciones en la primera vuelta, los primeros en haberlo sabido habrían sido los Char, quienes eran los que le ponían los votos, producto, muchos de ellos, de los contratos que habían sido entregados por el propio Vargas. Esta es la historia de una traición entre corruptos.  Aunque el nombre de los Char no aparece en los audios sí es evidente la cercanía que había entre ‘el Ñeñe’ y Álex Char. Prueba de ello son las fotos que circulan por las redes en las que se ve a Álex Char, al ‘Ñeñe’ y al ‘Oso Yogui’ en el avión de la Olímpica. ‘El Oso Yogui’, cuyo verdadero nombre es Héctor Amaris, es el brazo derecho de Álex Char y fue vinculado a una investigación que hay en la Fiscalía contra el exalcalde de Barranquilla por haber recibido una presunta coima en el negocio de la construcción del tanque de agua de esa ciudad.

Héctor Amaris (primer plano)  y al fondo Alex Char y el Ñeñe. Esta historia de la traición de los Char es un episodio que hay que empezar a desenredar y en el que está de por medio un acuerdo secreto que se habría hecho desde la primera vuelta entre el uribismo y los Char para sacar del ruedo a Germán Vargas en la primera vuelta y metérsela toda a Duque a cambio de apoyar, en el futuro, la candidatura a la presidencia de Álex Char.

¿Y por qué engavetaron esta investigación que destapó estos audios que empiezan a revelar esta historia de traición? …Ahh porque la Fiscalía en Colombia ya no está para destapar las cañerías por donde corre la corrupción, sino para guardarles la espalda al poder de turno y a los poderosos de siempre. Era mejor taparlo para que no se tendiera un manto de duda sobre la manera como se cocinó el apoteósico triunfo del presidente Duque ni se investigara la manera como los Char pudieron haber intervenido en ese presunto fraude. La gran pregunta es si el entonces fiscal Néstor Humberto Martínez supo de esto y si esa era la información que él tenía en mente cuando anunció que haría una revelación sobre un gran escándalo de corrupción, pero que solo lo iba a denunciar luego de la segunda vuelta. Algo lo hizo echar para atrás porque nunca volvió a hablar del asunto. Dejó en cambio que uno de los protagonistas de este escándalo, que era buscado por la justicia, fuera a la posesión del presidente Duque. ‘El Ñeñe’ no fue un colado a esa ceremonia, como lo insinúa el expresidente Uribe. Fue como lo que era, un amigo personal y cercano del presidente, un hecho que hasta ahora no ha desmentido Duque. Los audios los engavetó el fiscal encargado Espitia y los heredó Barbosa, quien por cuenta de las revelaciones decidió desempolvarlos.  Nos queda claro que la campaña de Duque tuvo una doble contabilidad y que mientras Luigi Echeverri gerenciaba la verdad oficial de la campaña, por debajo de la mesa personajes con serios problemas con la justicia, como el narcotraficante ‘Neñe’ Hernández, movían los hilos para agilizar operaciones de compra de votos en ciertos lugares de la costa con el propósito de que Duque ganara las elecciones de manera olímpica en la segunda vuelta. También es evidente que este fraude, que nunca se ha investigado, tiene no solo como protagonista a un difunto narcotraficante, sino a varios de los grandes clanes de la costa, sobre todo a los Char, cuyo heredero, Álex, se precia de ser un gran intocable.  

Y por favor: que no nos vengan con el cuento de que el uribismo no compra votos porque solo apela a los votos de opinión. Todos nos acordamos cómo los paras votaron en masa por la candidatura de Álvaro Uribe en 2002 y 2006.  Lo dicho: cuando las cañerías se destapan todo hiede.