Hay que decirlo clara y diáfanamente: el nuevo fiscal no puede salir de la terna actual en la mesa de la Corte. El propio presidente de la república, sus áulicos y la comunidad internacional se han encargado de contaminarla. Me explico.

El presidente de la república tiene el derecho y el deber constitucional de presentar una terna para que de ella salga el fiscal general, pero, teniendo en cuenta el claro conflicto de interés y la presión que está ejerciendo el Ejecutivo para que sea precisamente alguien de esta terna electa y de manera expedita, se deben prender todas las alarmas.

Hoy por hoy no existe otro colombiano con más interés en las determinaciones de la Fiscalía que el propio presidente Petro, debido a los casos que adelanta el ente acusador que involucran a sus familiares y cercanos. La Fiscalía trabaja en casos contra Nicolás Petro, hijo del presidente; Juan Fernando Petro, hermano del presidente; y su propia campaña por posibles financiadores irregulares, como Fecode.

Sí es cierto que el presidente puede y debe nombrar terna para fiscal, pero también es cierto que tiene un interés evidente en el proceso. Inicialmente, este probable conflicto de interés se podía pasar por encima si la presentación de la terna no hubiera estado acompañada por una intensa presión, pero ahora que esta existe es menester volver a ponderar los intereses del propio jefe de Estado.

Las presiones a la Corte para que elija una fiscal raudamente no tienen precedente en Colombia. No solamente desde el Gobierno se aupó el violento asedio a la Corte de hace unos días, se alimentó el ataque en redes a los magistrados, se secundaron incompletos informes de la prensa gubernamental en contra de la actual vicefiscal, sino que también se hizo un intenso lobby para que la comunidad internacional validara la postura de la actual administración. Todas las formas de lucha.

Frente a la presión internacional, vale la pena secundar la contundente postura de Guillermo Fernández de Soto, presidente del Consejo Colombiano y excanciller, quien en entrevista en La FM de RCN dijo: “Es un abuso. Solo escuchar una parte es irresponsable. El secretario general debe tener la obligación de informarse. Los organismos internacionales no pueden tomar partido político”.

Por medio de un comunicado, precisamente el Cori dijo: “Los organismos internacionales y sus dirigentes deben ser respetuosos de los procesos internos del país. Asimismo, tienen el deber de transmitir información objetiva e imparcial y no caer en comunicaciones tendenciosas ni falsas. La institucionalidad colombiana ha tenido una trayectoria democrática y se encuentra en ejecución de sus funciones constitucionales y legales”.

La fuerte presión que está ejerciendo el Gobierno para que se elija fiscal de la terna que presentó es señal inequívoca de que tiene interés exagerado en una de sus postuladas. En consecuencia, y por el bien de la división de poderes, la Corte no debería escoger entre una de ellas.

Querido lector, que no se lean como presión mis líneas anteriores, pero sí que estas sirvan para sumarse a las voces que piden independencia para que la Corte actúe de manera independiente y no sometida a las presiones a las que hoy la someten.

Si los magistrados deciden no elegir fiscal de esta terna, es importante que sientan que gran parte de los colombianos estamos dispuestos a respaldar su determinación independiente, cualquiera que esta sea. En sus manos está que la independencia de poderes se mantenga en Colombia; esa es la única garantía que tenemos los ciudadanos de que un mandatario temporal se convierta en un perpetuo autócrata.