La Embajada de los Estados Unidos ha demostrado un compromiso constante con la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia. Nuestro trabajo de la mano con el pueblo colombiano para fortalecer una paz estable y duradera es vital. Una de estas iniciativas, el mecanismo Obras por Impuestos (O × I), ejemplifica cómo alinear intereses públicos y privados en la construcción de paz. Con el apoyo de la Embajada, este mecanismo permite que las empresas financien infraestructura como puentes, vías terciarias y escuelas, invirtiendo parte de sus impuestos en municipios afectados por el conflicto armado. Desde 2018, 3,3 billones de pesos se han destinado a obras, cerrando brechas sociales y transformando vidas. Es momento de ampliar esta iniciativa a más empresas y comunidades.

Lo que empezó como un incentivo para fortalecer el desarrollo económico en el posconflicto hoy es clave para generar alianzas público-privadas. Su éxito se debe al liderazgo del Ministerio de Hacienda, la Agencia para la Renovación del Territorio (ART) y el apoyo de nuestro Gobierno a través de Usaid, que ha fomentado la confianza entre empresas, comunidades y Gobierno. Para las empresas, Obras por Impuestos es una forma tangible de mostrar compromiso con el país mientras aprovechan incentivos fiscales. Para las comunidades, mejora sus condiciones de vida, y para el Estado, facilita el desarrollo en regiones vulnerables.

Desde 2018, el uso de O × I ha crecido exponencialmente: de 22 empresas participantes ese año a 210 en 2024. De los 3,3 billones de pesos asignados en ese periodo, el 92 por ciento se ha ejecutado en proyectos que reducen desigualdades socioeconómicas en regiones golpeadas por la violencia.

El desafío ahora es expandir aún más su alcance, permitiendo que más empresas y comunidades puedan facilitar el inicio de la implementación del Capítulo Étnico en las regiones más necesitadas. En este sentido, alentamos al Gobierno de Colombia a considerar un nuevo aumento del cupo y a las empresas a explorar cómo pueden aprovechar esta oportunidad. Nosotros, por medio de Usaid, estamos preparados para facilitar este proceso.

El liderazgo local ha sido fundamental. Alcaldes en municipios PDET y Zomac han impulsado la participación comunitaria, logrando que los proyectos respondan a las necesidades específicas de sus regiones. Ejemplos como el puente San Lorenzo en Cáceres, financiado por Grupo Argos, Mineros S. A. e Indeleble Social, ilustran cómo estas obras conectan comunidades aisladas con servicios esenciales y mercados legales, facilitando la transición de economías ilícitas a actividades productivas legales. Asimismo, las mejoras viales en Catatumbo, financiadas por Medical Duarte, muestran cómo el sector privado contribuye al desarrollo sostenible en zonas históricamente marginadas.

El éxito de O × I también radica en su capacidad para fomentar la confianza entre sectores. Usaid ha desempeñado un papel clave como “conector” entre empresas y entidades locales, fortaleciendo alianzas y abriendo nuevas oportunidades. Pero este es solo el comienzo. O × I tiene el potencial de escalar rápidamente, consolidándose como una herramienta indispensable para la implementación del Acuerdo de Paz.

O × I es más que un mecanismo fiscal; es un puente hacia la paz. Al priorizar la colaboración, la transparencia y la inclusión, este modelo construye confianza y equidad en regiones marcadas por el conflicto. La Embajada reafirma su compromiso de trabajar con el Gobierno colombiano de Gustavo Petro para expandir esta herramienta, consolidándola como un pilar esencial para la implementación del Acuerdo de Paz.