Es la tercera columna que escribo sobre la situación de Santa Marta y en general la Sierra Nevada de Santa Marta. En resumen, por un lado, el gobierno de Iván Duque le entregó la administración de la ciudad de forma ilegal al señor Andrés Rúgeles, quien a su vez devolvió a las viejas élites depredadoras su poder local. Se amangualó con los mismos de siempre, los viejos aliados de los paras y corruptos. Igualmente, mientras eso pasaba, en la Sierra Nevada de Santa Marta se dio una reconfiguración criminal que cerró un primer ciclo con la ciada de Chucho Mercancía o Chucho Pachenca. Todo parece indicar que el mundo criminal se prepara para el aterrizaje de Hernán Giraldo, quien llegará pronto de los Estado Unidos, el temiendo jefe paramilitar y tal vez el violador de niñas más grande del país. Como era esperarse al Alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, le permitieron regresar a su cargo, pues los procedimientos jurídicos, que incluyeron, comportamientos no ajustado a derechos de funcionarios públicos, se derrumbaron. Sin embargo, como ya se estaba en ley de garantías, el gobierno Duque y el señor Rúgeles consumaron su objetivo, el de bloquear la administración de la ciudad, pues los nuevos secretarios y directores que nombró Rúgeles no renunciaron, no hacen caso a Rafael Martínez y tienen como política torpedear el funcionamiento de la ciudad. Como se sabe en ley de garantías no pueden existir cambios en el gabinete, a no ser que se presenten renuncias. Mientras todo eso ocurre en la ciudad, el desgobierno le sirve a la reconfiguración criminal, la cual ha dejado varios muertos, sicariatos y el incremento de la violencia en la Sierra Nevada. En esta zona opera la Oficina del Caribe, que funciona muy parecido a la Oficina o antigua Oficina de Envigado. La Oficina del Caribe tenía un brazo armado que eran los Pachenca. Quince días antes de ser dado de baja alias Chucho Pachenca pasaron dos cosas importantes. La primera de ellas, es que manifestó someterse a la justicia siempre y cuando las autoridades no permitieran la llegada inminente del Clan del Golfo y la segunda, una reunión con la Oficina Caribe donde entregó el cargo. Esto quiere decir que cuando fue asesinado no tenía el control de los denominados Pachencas, la estructura estaba al mando de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Una estructura comandada por una hija de Giraldo, capturada recientemente. Pachenca tenía tanta información valiosa sobre el mercado del narcotráfico como de rutas, vínculos, asesinatos de líderes sociales y de Juntas de Acción Comunal. Información que si llegará al gobierno americano quizá desataría una hecatombe. Chucho Pachenca se iba a someter y ese sometimiento, en el plano de lo convencional, implicaba delaciones. Él no se iba a echar todas culpas. Chucho Pachenca extorsionaba a toda la Troncal del Caribe, el Mercado Público de Santa Marta y dominaba el famoso Oro Verde (impuesto a toda explotación de turismo, incluidos el Parque Tayrona y el Parque Arqueológico de Teyuna). Esto no es un secreto aunque todo el tiempo se oculte y se niegue, como negar el control territorial. Incluso, facilitar la incursión de los Pachencas a otras zonas de la Sierra Nevada de Santa Marta, como Palmor San Pedro y Siberia. La pregunta importante es ¿quién lo sucederá? Eso lo determinará la Oficina Caribe en los próximos días. No son tiempos buenos para Santa Marta, el Clan del Golfo viene con dos aliados, por un lado, los herederos de los Mejía Munera y estructuras narcotraficantes del Norte del Valle que ha encontrado en Santa Marta y sus puertos una alternativa ante la presión en Buenaventura. Viene también el Clan de los Rojas a recuperar sus tierras y negocios. Hay que recordar que los primeros compraron a Giraldo la franquicia y los segundos siempre han estado en disputa. Hace unas semanas, en solo cinco días se produjeron 7 muertos y potencialmente se ha venido elevando el número de sicariatos y homicidios en la ciudad. Es una guerra a sangre y fuego por el control de la zona y del narcotráfico. En unos meses la Oficina Caribe nombrará el remplazo de los Pachencas, que a diferencia de lo que se ha estado diciendo, no será alias 80 o Martillo, sino alias Ramiro, otro hijo de Giraldo, con poder y grandeza. Todo para preparar la llegada de su padre. Como una situación de coincidencia, el desgobierno causado por las élites viejas del Magdalena, muchos de ellos antiguos socios de Giraldo, que buscar torpedear el gobierno en la ciudad, le ha servido a su clan para preparar el aterrizaje de El Patrón. Lo dramático es que el gobierno nacional se prestó para este plan.