Ante el terrible escándalo de la interceptación ilegal de la línea telefónica de la exniñera de Laura Sarabia, mano derecha de Petro y jefa de Despacho de la Presidencia de la República, surgen muchas dudas, preocupaciones y miedos. Con el mismo juego sucio y criminal con el que Petro y sus aliados hicieron su campaña, hoy están gobernando a Colombia. Ante este panorama es inevitable preguntarse ¿qué garantías tenemos quienes hacemos oposición al Gobierno Petro?, ¿hay seguridad y garantíasde no persecución para los periodistas, empresarios, políticos y gremios que nos oponemos a las políticas y al modelo de país del actual Gobierno?, ¿acaso Petro nos tiene chuzados?
Todo es turbio en esta historia: se inventaron un informe de Policía Judicial de la Dijín para poder interceptar de manera ilegal la línea telefónica de la exniñera. En el mentiroso informe vincularon falsamente a esta mujer con el Clan del Golfo y solo hasta ahora estamos comenzando a conocer la gravedad y magnitud de estas irregularidades, en las que además aparece un hombre oscuro y cuestionado: el embajador de Venezuela, Armando Benedetti, quien filtró “por accidente” un chat con Petro en el que se evidencia por parte de ambos la intención de ocultar a la opinión pública la verdad sobre este grave hecho que hoy tiene en crisis no solo al Gobierno, sino también a la institucionalidad colombiana. Con todo lo ocurrido en los últimos días, el presidente no tuvo más remedio que apartar de sus cargos a estos dos funcionarios, quienes han sido sus amigos y escuderos políticos.
Como lo dijo el fiscal Barbosa el pasado jueves durante una rueda de prensa: “Retornaron las chuzadas ilegales a Colombia”. Es lamentable que lo que criticó Petro en el pasado, hoy sea una conducta recurrente de su Gobierno: persecución, interceptaciones y criminalización a la oposición, mientras convive, defiende y justifica a los diferentes actores criminales que están destruyendo el país. ¿A dónde quiere llevarnos?
Digo esto porque, mientras Laura Sarabia, Armando Benedetti y el Gobierno se encuentran envueltos en el más grande escándalo, el presidente Petro, para desviar la atención, atropella, como es costumbre, la separación de poderes y las decisiones judiciales. Con intención de incendiar más al país, dividir y generar incertidumbre, se está refiriendo a un supuesto “golpe blando” como parte de un complot inventado contra su Gobierno. Esta narrativa de conspiración es muy grave. Hace apenas dos semanas, Petro se estaba refiriendo a un supuesto plan de los militares para derrocarlo del poder y ahora habla de un “golpe blando” por parte de los controles judiciales. Toda una estrategia de victimización personal y debilitamiento de las instituciones que le ha servido para sus fines políticos, el primero fue llegar al poder y el segundo es mantenerse en él, aunque se lleve todo un país por delante.
Valga reiterarlo: hasta la fecha, el presidente Petro no ha sido claro sobre si tiene o no intenciones de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para quedarse en el poder más allá de los cuatro años que le corresponden. Por el contrario, desde un discurso divisivo, irresponsable y paranoico, todos los días suma argumentos que nos hacen dudar sobre el respeto al sistema de pesos y contrapesos, a la separación de poderes, a la libertad de expresión, a las garantías de la oposición y a todas las reglas de juego democrático que, en lugar de debilitar, debemos fortalecer para avanzar.
Por eso, es necesario ser críticos, no dejarnos engañar y recalcar que no existe ningún “golpe blando” contra Petro ni los congresistas del Pacto Histórico; lo que se ha presentado son decisiones judiciales que hacen cumplir la ley desde un debido proceso. Es además toda una irresponsabilidad que, ante el cumplimiento de la ley y conocimiento de las decisiones judiciales, Petro proceda a inventarse persecuciones, conspiraciones y golpes de Estado que no existen, demostrando un talante cada vez más radical, frenético y antidemocrático.
En medio de esta crisis política que se gestó desde el interior del Gobierno por las “chuzadas ilegales” que están ejecutando, hago un llamado al presidente Gustavo Petro por el bien del país: instituciones como la Fiscalía, la Procuraduría, el Consejo de Estado y todas las demás que actúan en cumplimiento de la ley, deben respetarse y fortalecerse. Petro, corrija el rumbo antes de que sea demasiado tarde. No solo se lo estoy pidiendo yo, sino los colombianos: en la última encuesta Invamer, su desaprobación llegó al 59,4 por ciento y más del 70 por ciento de los ciudadanos encuestados consideran que las cosas en el país van por mal camino. Que el ocaso del Gobierno Petro no sea también el de Colombia.
Mi preocupación como parte de la oposición crece cada día: no solo por las grandes decisiones de país, sino por la ausencia de una línea ética en quienes nos gobiernan. Si fueron capaces de inventarle un prontuario criminal tan deshonroso a la exniñera de Sarabia, es muy probable que ya lo estén haciendo sistemáticamente contra los que ejercemos una oposición legítima en el país. Petro, ¿nos está chuzando?