Estoy seguro de que, al igual que yo, ustedes también se preguntan a diario quién podría ser el próximo presidente de Colombia, que nos saque del caos en el que estamos inmersos con el actual gobierno del cambio. Este gobierno nos está dejando y nos dejará un país en uno de los peores momentos económicos y sociales de las últimas décadas. A esto debemos sumarle la crisis de autoridad más grave y una corrupción rampante, propia de los países liderados por gobernantes cuyo único afán es presentarse como salvadores y únicos capaces de resolver los problemas de los más pobres.
Eso sí, con la condición de que sus líderes y aliados aumenten rápidamente sus patrimonios, justificando sus acciones como lo han hecho líderes como Chávez, Maduro y Diosdado en Venezuela; Ortega y su familia en Nicaragua; Evo Morales en Bolivia; los Kirchner en Argentina, y los Castro en Cuba, quienes marcaron el ejemplo para los anteriores.
Con el anterior preámbulo, es evidente la necesidad de establecer una causa inmediata que una al 70 % de los colombianos que se oponen al gobierno actual, un porcentaje que seguirá creciendo a medida que los ciudadanos que hoy respaldan a Gustavo Petro y su gobierno sigan sufriendo las consecuencias del caos en el que nos está sumiendo el gobierno del cambio.
Esta situación nos obliga, de manera responsable y sin sesgos políticos, a unirnos con el único objetivo de recuperar la institucionalidad de nuestra democracia. Debemos buscar la forma de unirnos en torno a un candidato único que nos represente y que arrebate el gobierno al actual presidente, quien ha encontrado en los delincuentes que apoyan su política de paz total y en sus corruptos funcionarios a sus principales aliados. Ellos harán todo lo que esté a su alcance, utilizando tanto estrategias legales como ilegales para mantener el poder, ya sea en cabeza propia o de alguno de sus aliados.
Es importante reconocer que la mayoría de los precandidatos a la Presidencia pertenecen a alguno de los más de 30 partidos políticos de nuestra debilitada democracia. Esto implica que ninguno de estos candidatos podrá, por sí solo, obtener la mayoría necesaria, aunque tenga todas las credenciales para ser presidente. La única forma viable de lograrlo es unir al 70 % de los colombianos en torno a un candidato único. De lo contrario, como ha ocurrido históricamente, llegaremos divididos a la primera vuelta, con al menos siete candidatos enfrentándose al candidato único que representa la continuidad del gobierno de Petro y sus cuestionados aliados.
Ellos, con menos del 30 % de los votos representando al Pacto Histórico, podrían asegurar su pase a la segunda vuelta. Estoy seguro de que el candidato de la oposición que pase a la segunda vuelta no tendrá la legitimidad ni la capacidad de unirnos después del desgaste y la división para representar al 70 % de los colombianos que hoy se oponen al actual gobierno. Petro y sus aliados, con la estrategia de mantenernos divididos, se asegurarán la reelección a través de su candidato del Pacto Histórico.
Para lograr este objetivo, propongo crear una gran plataforma por Colombia. Esto no es nada distinto de lo que ya ha ocurrido en otros países del hemisferio que han vivido situaciones similares a las nuestras. No se trata de formar un nuevo partido político, ya que ante la decadencia y falta de legitimidad de los actuales, esto sería, como dice el adagio popular, “un tiro al aire”. Se trata de unir al 70 % de los colombianos en una plataforma que, unidos, saldremos de esta crisis política que vivimos hoy en Colombia. La experiencia en otros países ha demostrado que esta estrategia puede generar resultados victoriosos para recuperar la gobernabilidad y la democracia.
Por ejemplo, en Chile, se creó una plataforma electoral unificada, la Concertación de Partidos por la Democracia, que unió a diversos partidos de oposición para derrocar al régimen militar de Augusto Pinochet en los años ochenta y noventa. En Venezuela, la plataforma democrática está a punto de lograr que una alianza política opositora, integrada por la sociedad civil, sindicatos, militares retirados, partidos y movimientos políticos regionales, pueda derrotar a Maduro el próximo 28 de julio.
En nuestro caso, la plataforma por Colombia deberá estar compuesta por los precandidatos de los partidos políticos de la oposición. Sería ideal que los candidatos de los partidos de oposición, en una decisión interna de sus colectividades, recogieran un mínimo de firmas que avalaran su liderazgo. Estableciendo un umbral razonable de firmas necesarias, aseguramos que solo los candidatos serios y con cierto grado de apoyo ciudadano logren participar y obtengan el aval de sus respectivos partidos.
Los candidatos que no pertenezcan a ningún partido, pero que se constituyan como candidatos de movimientos políticos, deberán recolectar firmas que representen el 0,5 % de la votación de las últimas elecciones a la Cámara de Representantes, cumpliendo con los demás requisitos establecidos por la ley para ser movimientos políticos. De esta manera, tendremos precandidatos viables, apoyados por firmas ciudadanas que los respaldan, y se demostrará la fuerza ciudadana de la oposición para las elecciones presidenciales.
No puede ser solo un acuerdo político para escoger, mediante consulta, un candidato presidencial y su fórmula vicepresidencial. Es fundamental que, desde hoy, se priorice entre todas las organizaciones opositoras al gobierno. Desde académicos, ONG, gremios empresariales, organizaciones universitarias y juveniles, mujeres y organizaciones políticas, debe elaborarse un gran acuerdo y la base programática de la plataforma por Colombia para la recuperación del país. Esto nos llevará a establecer objetivos comunes, políticas y propuestas concretas, compromiso de implementación, valores y principios y, lo más importante, una estrategia de campaña.
La plataforma por Colombia es la garantía de que todos los que formamos parte de la oposición encontraremos un escenario en el que podamos unirnos de manera democrática y presentar un candidato único a la Presidencia y la Vicepresidencia. Estos candidatos serán el primero y el segundo con mayor votación en la consulta interpartidista y de movimientos políticos ciudadanos.
Esta plataforma estará respaldada por un acuerdo programático que busca recuperar la institucionalidad en todos sus aspectos, con un enfoque amplio y sin sesgos ideológicos, ya sean de izquierda, derecha o centro. Nos permitirá recuperar la democracia con el apoyo histórico de más del 70 % de los colombianos, y estoy seguro de que ganaremos las elecciones en la primera vuelta.
Como mencioné al inicio de esta columna, esta es una de las muchas propuestas que pueden surgir en los próximos meses. Sin embargo, el único objetivo es hacer viable la plataforma por Colombia como el único camino para unirnos. Cada uno mantendrá su independencia dentro de sus partidos, movimientos ciudadanos y la sociedad civil, lo que nos garantiza la recuperación de nuestra amada Colombia.