“No más niñas y niños muertos por hambre en Colombia”, manifestaba el Presidente Petro en plaza pública en épocas de campaña, prometiendo que en su gobierno no habrían más infantes sin alimento.
Una mentira más. En Colombia, durante el gobierno del cambio, más de 230 niños murieron de hambre en 2023, y hasta julio de 2024 se habían contabilizado 127 niños muertos como consecuencia de la desnutrición. Puede afirmarse que desde que Petro es Presidente, más de 357 niños han fallecido por no tener con que alimentarse.
En cambio, plata para dar mermelada a megacontratistas o abrir embajadas en el exterior, como la que se le abrió de manera exclusiva a uno de los más distinguidos diplomáticos que ha tenido Colombia en su historia, Armando Benedetti, en la que el gobierno nacional hace una inversión anual que supera los 2000 millones de pesos; para eso sí hay presupuesto. La embajada de Colombia ante la FAO, de la que Benedetti es honorable titular, a pesar de haber maltratado verbalmente y amenazado físicamente la integridad de su pareja en España, nos cuesta a los colombianos un dineral. Entre tanto, los niños a lo largo y ancho de Colombia siguen muriendo de hambre.
Mientras el ex director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Olmedo López junto con sus aliados, despilfarraron casi 50 mil millones de pesos en la compra de carrotanques para el departamento de la Guajira, en lo que la Fiscalía General de la Nación ha denominado como una empresa criminal, 22 niños murieron por inanición en ese departamento. ¿Pero acaso, al gobierno del cambio le interesa el fallecimiento de esos niños?
Pareciera que no, lo que más duele es que durante este fin de semana, el presidente se jactara de los buenos indicadores en materia de mortalidad infantil. Líderes de las comunidad wayú en la Guajira, como José Silva, afirman que semanalmente se están muriendo 10 niños por física hambre, es decir, que las cifras oficiales que se están manejando distan de ser las reales.
Sin embargo no todo es malo, también hay noticias positivas. Mientras el gobierno continúa despilfarrando recursos, inventando cifras y desconociendo los derechos de los niños y niñas de la Guajira, hay iniciativas de carácter privado, en la que empresarios (esos que tanto odia Petro), personas naturales sin ningún color político, artistas , y en general colombianos de buena voluntad trabajan arduamente por la lucha contra el hambre en Colombia.
El concierto Todos Juntos es un ejemplo de ello. El próximo 20 de octubre en el Movistar Arena de la ciudad de Bogotá, tendrá lugar este evento que pretende recaudar recursos para dar alimento a poblaciones vulnerables en todo el territorio nacional. Hay un nutrido cartel de artistas nacionales e internacionales que se presentarán, con el fin de ayudar a los más desfavorecidos.
Mientras desde la Casa de Nariño le siguen mintiendo al país, nos encontramos iniciativas como esta, del sector privado y organizaciones sin Animo de Lucro como Abaco (Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia), que hacen lo posible por luchar contra el hambre en Colombia.
A los petristas que creen que el sector privado es el enemigo, los invito a que se sumen a este tipo de iniciativas, que demuestran que los empresarios son amigos, motor de progreso y que quieren ayudar a sacar adelante el país. A todos aquellos convencidos de las bondades de auspiciar esta clase de iniciativas, los invito a participar, y cantar todos juntos, con alegría en un concierto feliz y esperanzador, por una Colombia sin hambre.