Las marchas de casi 100.000 personas que salieron a protestar en contra del gobierno de Gustavo Petro fueron apoteósicas. La gente salió indignada a manifestar su rechazo a las reformas de la salud, la pensional y la laboral. Pero, también, para protestar en contra de los numerosos escándalos éticos y legales que rodean el gobierno de la “potencia mundial de la vida”.

El presidente, al que le cuesta trabajo entender que representa la unidad y la institucionalidad nacional, en lugar de aceptar que también es el presidente de este gran sector social que salió a las calles a rechazarlo, lo atacó. Subestimó el tamaño de las marchas y, desde París, en su vigésimo segundo tour internacional, dijo que, si se presentara como candidato de nuevo a la presidencia, volvería a ser elegido.

Muy a pesar de este renovado optimismo francés del presidente, muchos colombianos tienen varias preguntas en torno a lo que ha sucedido desde que se revelara el aparatoso escándalo de su ex jefe de gabinete, Laura Sarabia.

Todo empezó porque a Sarabia le robaron una plata en su residencia privada. Su esposo presentó la denuncia ante la Fiscalía en el mes de enero, pero fue solo hasta las revelaciones de la revista SEMANA que se supo que Laura Sarabia había abusado de su poder al someter a su niñera, Marelbys Meza, a un polígrafo y a un irregular interrogatorio en unas oficinas de la Presidencia sin que la humilde mujer pudiera contar con la presencia de un abogado.

A Marelbys Meza y Fabiola Perea, la otra empleada doméstica de Sarabia, además de vulnerarles al menos siete garantías fundamentales, por ser sospechosas de un robo doméstico, las chuzaron haciéndolas pasar por terroristas del Clan de Golfo.

¿Laura Sarabia desplegó la inteligencia de la Presidencia para buscar 7.000 dólares? Si no fue ella, entonces, ¿quién lo hizo? ¿Por qué terminaron involucrados oficiales de alto rango de la Policía, como el teniente coronel Óscar Dávila, en ese robo doméstico y abuso de poder, y por qué, como consecuencia de ello, decidió quitarse la vida? ¿Cuántos policías más están involucrados?

¿Cuánta plata se perdió y de quién era? Recordemos que la fuente reservada de revista SEMANA reveló que el coronel Óscar Dávila se había dado cuenta de que, desde “arriba”, lo habían dejado solo y que por eso se había suicidado. Cada vez más, los testimonios de la fuente reservada encajan mejor con la realidad que la Casa de Nariño tanto quiere empañar.

En medio de todo este desastre, apareció el abogado Miguel Ángel del Río Malo a señalar que el coronel Dávila se había suicidado, según él, por presiones de la Fiscalía. Es curioso que el abogado Del Río Malo, quien ha tenido una carrera vertiginosa de derecho, siempre esté, coincidencialmente, en el medio de los escándalos y en la defensa de las causas más complejas del petrismo en los años recientes.

¿Por qué el coronel Dávila le pagó en efectivo una suma de 50 millones al abogado Del Río Malo? ¿Qué pasó en las dos reuniones que se llevaron a cabo (una en la mañana y otra en horas de la tarde del viernes 9 de junio) entre el coronel Dávila y los investigadores de la oficina de Del Río Malo? ¿Por qué Dávila acudió a buscar los servicios de Del Río Malo y no de otro penalista?

Los dos investigadores con los que se reunió el coronel Dávila son los policías Yeferson Fabián Tocarruncho Parra y Wadith Miguel Velásquez García, uniformados que formaron parte de la investigación de la Ñeñepolítica y que hoy en día son procesados por interceptaciones ilegales en ese proceso.

Mejor dicho, los investigadores adscritos a la oficina de Del Río Malo aún son investigados y fueron ellos los que se reunieron con el coronel Dávila. ¿Qué le dijeron? ¿Que la Fiscalía lo iba a allanar, a imputar cargos y a llevarlo a la cárcel como les había sucedido a ellos? ¿Ejercieron algún tipo de presión por medio de un relato para que Dávila en medio de la angustia los contratara? ¿De dónde provino realmente la presión psicológica para que el coronel Dávila decidiera quitarse la vida?

¿Por qué Miguel Ángel del Río afirmó en entrevista para Blu Radio que la llamada de la periodista Silvia Charry del portal Cambio habría sido el “detonante” de la decisión que tomó el coronel Dávila? ¿Esa llamada se produjo mientras el coronel estaba en la segunda reunión de la tarde de ese fatal viernes con los investigadores Tocarruncho y Velásquez de la oficina de Miguel Ángel del Río?

¿Por qué el doctor Miguel Ángel del Río después se retracta de culpar a la periodista Charry cuando todo el mundo oyó lo que dijo en Blu Radio? ¿Fue un lapsus?

¿Serían los investigadores de esa oficina los que ejercieron presiones sobre el coronel Dávila?

Lo cierto es que, aparte del escándalo del presidente Petro, que generó una masiva movilización en su contra, el abogado Del Río Malo gana cada vez más notoriedad, mientras las barras bravas del petrismo lo aplauden. Acusó a la Fiscalía de haber chuzado a Marelbys Meza y Fabiola Perea. También señaló a la entidad de ser la responsable de haber presionado al coronel Dávila al tomar esa lamentable decisión y con lo anterior terminó de ganar el reconocimiento de los petristas, que desde ya lo postulan en la terna para fiscal general de la nación en 2024. ¿Estará el presidente Gustavo Petro de acuerdo con el proceder del abogado de marras como para incluirlo en la terna en febrero ante la Corte Suprema de Justicia?

Y los petristas se tendrán que esperar unos años más mientras el abogado Miguel Ángel del Río Malo termina de ganar la experiencia requerida de 15 años para ocupar dicho cargo. Porque, según el Consejo Superior de la Judicatura, su tarjeta profesional es apenas del año 2011. (Ver documento).

Y hasta donde se conoce en la legislación vigente, los años de experiencia como auxiliar de vuelo aún no son homologables como ejercicio del derecho. ¿O eso también será parte del “cambio”?