El elemento central que hace parte de las preocupaciones expresadas por el consejo de seguridad de Naciones Unidas es el asesinato continuo de líderes sociales. Desde la firma del acuerdo 702, sumados a 135 excombatientes en proceso de reincorporación, según informe del instituto para el desarrollo de la paz Indepaz y del movimiento Marcha Patriótica. Un hecho vergonzoso e inaceptable. Cerca de 900 colombianos asesinados por diferentes razones entre ellas la denominada “conflicto por la tierra” (razón dominante) que incluye motivaciones de tipo ambiental o asociadas a la explotación de recursos naturales. Esas razones, motivo central de los asesinatos, deben ser objeto de reflexión de las autoridades, en tanto que coinciden con el énfasis minero-energético y el fortalecimiento del extractivismo en la política gubernamental. A esas “razones” de muerte, se suman motivos asociados a sustitución voluntaria o forzada de cultivos de coca. Narcotráfico mondo y lirondo. Cerca de 900 compatriotas y contando. Asesinatos que deben interpelar el cotidiano de cada uno de nosotros. Una situación sin dimensión informativa pero no menos importante es la que se presenta en el municipio de Briceño, Antioquia, denunciado por las comunidades de la vereda El Orejón, y de zonas como Buenavista o Altos de Chiri, donde el grupo delincuencial liderado por alias Cabuyo, está sembrando minas antipersonal y artefactos explosivos en las áreas que fueron desminadas durante el programa piloto de desminado humanitario, desarrollado entre miembros del ejército e integrantes de la guerrilla de las Farc EP. No hay que olvidar que este proceso “piloto de desminado humanitario” es ejemplo y tuvo especial reconocimiento precisamente por la comunidad internacional y en especial por Naciones Unidas. El proyecto piloto vivió la muerte accidental del soldado Wilson de Jesús Martínez, lamentada por todos y dio paso al reforzamiento de los criterios y normas de seguridad. Este primer hecho probado de “nueva instalación de minas” en área previamente desminada, ha traído la muerte del soldado Danis Yoel Peralta Coronado, el 14 de abril pasado, en la vereda Pueblo Nuevo de este municipio. Alias Cabuyo y sus hombres están enquistados en la zona, han producido asesinatos de personas vinculadas a la actividad minera, a los programas de erradicación voluntaria de cultivos ilícitos y de miembros de las Fuerzas Armadas. Su presencia y el fortalecimiento de sus actividades criminales allí, es una afrenta a todo lo que simboliza el proceso de paz, a la comunidad internacional y a las autoridades nacionales. Su programa de violencia y crímenes debe ser destruido pero lo que se observa es que logró consolidarse, las área de Briceño, Ituango y una buena parte de esa región del norte en el departamento de Antioquia están viviendo un proceso de expansión del narcotráfico con todas sus violencias. Es todo un “proyecto piloto” de las mal llamadas disidencias que no son más que encadenamientos del narcotráfico puro y duro. ajimillan@gmail.com @alvarojimenezmi