Es normal que al inicio de un gobierno existan demoras en el nombramiento de las cabezas de las entidades del Estado. Todo nuevo mandatario llega con la intención de lucirse y demostrar que ha elegido a los mejores para construir junto con él ese nuevo gobierno que siempre promete ser mesiánico, llegar para arreglar todo lo que está mal en el país. Por eso, al comienzo de los gobiernos es normal que algunas entidades permanezcan acéfalas un par de meses.
Pero lo que está pasando en el Invima es un asunto completamente diferente. Completa ya el gobierno del presidente Gustavo Petro 16 meses y esta entidad sigue sin un director en propiedad. Y en Casa de Nariño nadie da explicaciones de por qué. Lo más grave es que todo esto ocurre en un momento en el que el país afronta una crisis de desabastecimiento de medicamentos que no tiene antecedentes.
Desde hace meses, los colombianos no encuentran todas sus medicinas en las droguerías. Lo que empezó como quejas aisladas por la imposibilidad de conseguir algunas marcas de pastillas anticonceptivas es hoy un reclamo permanente por la falta de medicamentos de uso tan común como el acetaminofén o de los que dependen la vida, como algunos para el tratamiento del cáncer.
¿Por qué esta crisis? Según la Procuraduría, habría negligencia en muchos de los trámites y licenciamientos que se llevan ante el Invima, consecuencia también de ausencia de director. Pero desde el Invima afirman que se debe a la falta de materia prima para la fabricación de muchos de estos.
El pasado 28 de octubre, en un post de su cuenta de X, antes Twitter, muy a su estilo de comunicar actos de gobierno vía redes sociales, el presidente Petro anunció que Germán Velásquez sería el nuevo director de esta entidad, un hombre de muchísima experiencia en el sector salud.
Velásquez es filósofo de la Universidad Javeriana y doctor en Economía de la Sorbona (París, Francia), pero lo más importante es que trabajó durante más de 20 años en la Organización Mundial de la Salud (OMS) como director del Programa de Medicamentos y Medicina Tradicional.
Además, laboró cuatro años en la firma INC Pharmaceuticals y fue asesor en programas de atención primaria y políticas farmacéuticas en África.
Inclusive, cuando se anunció su llegada, hubo gran expectativa por parte de las farmacéuticas y la razón es que en los años noventa, desde la OMS, Velásquez sostuvo una feroz lucha contra las multinacionales. Como director de Medicamentos de la OMS, Velásquez decidía qué medicamentos se consideraban esenciales en los sistemas públicos de salud de todo el mundo, y desde allí defendió el derecho de los países más pobres de acceder a medicamentos esenciales en contra de los intereses de las multinacionales. Sus investigaciones llevaron a que publicara el llamado “Libro Rojo de la OMS”, en el que descubrió que Estados Unidos recibía cerca de 36.000 millones de dólares en cesión de patentes y licencias, según relataba el periodista Álvaro Canibe en 2020.
Esta postura lo llevó a que las farmacéuticas hicieran lobby ante el Gobierno de Estados Unidos para buscar su salida. La misma Madeleine Albright, secretaria de Estado de ese país, lo declaró un enemigo de la nación. Ganar tantos enemigos le representó también ser víctima de un atentado contra su vida en Brasil.
Aunque Velásquez tiene toda la experiencia, no puede ser la cabeza del Invima. El manual de funciones de la entidad establece que para ser director se debe tener título profesional en “Administración, Bacteriología, Biología, Microbiología y afines, Ciencia Política, Relaciones Internacionales, Contaduría Pública, Derecho y afines; Economía, Ingeniería Agroindustrial, Alimentos y afines, Ingeniería de Sistemas, Telemática y afines; Ingeniería Industrial y afines; Ingeniería Química y afines, Medicina, Veterinaria, Odontología o Química y afines”. Pero Velásquez es filósofo.
Esa es la razón por la cual dos meses después de anunciado su nombramiento este no se ha hecho efectivo y que desde Presidencia no quieren aceptar. Este nombramiento no se ha hecho ni se hará, porque sencillamente no cumple con el requisito de formación académica. Para hacerlo, tendrían que cambiar el manual de funciones y eso iría en contra de todo lo que desde el Gobierno se ha dicho sobre el rechazo de ajustar cargos a los perfiles.
No hay ninguna justificación para que el Gobierno persista en un nombramiento que sabe no podrá ser. Ni mucho menos para que siga demorando la lección de elegir un directivo en una entidad crítica como el Invima.
Se necesita un director en propiedad en el Invima. ¿No es esta una omisión que requiere ser investigada ya por la Procuraduría?
Son 16 meses de una entidad sin director en momentos en los que, como nunca antes, se necesita una cabeza en el Invima que destrabe tantos trámites represados.
Esta terquedad ya no es solo una demora. Es muestra de la más abierta incapacidad e ineficiencia del Gobierno.
P. D. Feliz Navidad a todos los lectores y que el 2024 nos llegue a todos más tolerantes y unidos como país.