Queremos que nuestros campesinos abandonen la coca y que tengan productos alternativos y desarrollo social. Ahora, de cara al anuncio del presidente Petro sobre una asamblea cocalera a las organizaciones del Catatumbo, es oportuno entonces analizar los riesgos y la racional de haber declarado anticipadamente la no erradicación forzosa; ver la necesidad de utilizar la muy detallada planeación que ya se hizo para un Catatumbo Sustituye; y, sobre todo, la imperiosa necesidad de hacer todo en el marco de los Pdet y Pisa del Cataumbo y el “Plan Integral para la Implementación en Norte de Santander” de la Gobernación.

Promesa anticipada de no erradicación: es necesario contar con todos los instrumentos, y declinar de la erradicación forzosa antes de acordar con cada cultivador la sustitución es grave, crea incentivos perversos para el delito y dificulta la implementación de los esquemas voluntarios.

Un termómetro de las expectativas: con ocasión del Paro, en la zona se creó la Mesa Campesina, Agropecuaria, Minera y de Paz, en que participaron las organizaciones cocaleras ASCAMCAT, COCCAM y ASUNCAT. Ofrecimos que existirían modelos de sustitución y toda la voluntad para implementarlos. Pero no llegamos a acuerdo, porque algunos pretendían que se suspendiera la erradicación forzada inmediatamente, antes que cada familia concretara un programa específico de paso a la legalidad.

Respecto de los malos, haber accedido, además de permitir en la práctica, el cultivo ilegal, hubiera implicado que quienes no estuvieran interesados en sustituir, sino en mantenerse en la coca, no tendrían ya ningún aliciente para aceptar ninguna alternativa como viable, sin ninguna amenaza para dejar de cultivarla. Y, para los buenos, hacer esa promesa sin contar con los inmensos recursos que se precisa, sería crea una ilusión, con el riesgo de causar muy rápidamente una desazón social aún peor.

Integralidad del territorio: los esquemas de sustitución voluntaria no aconsejan aplicarse casa por casa, sino en veredas completas. Eso permite que se llegue con soluciones territoriales, habilita la asociatividad y permite que se creen defensas contra los criminales que intenten presionar a los que están en sustitución. Para ello, si algunos de los cultivadores no acceden a las alternativas voluntarias, es preciso usar las forzosas. Renunciar a la erradicación impide que se haga eso.

En Norte de Santander hay un poco más de 40.000 hectáreas de coca, 5.000 de ellas en zonas de manejo especial ambiental, 11.500 en territorios étnicos y 23.000 que se ubican donde ya hay un proceso de formulación de tierras. Es el equivalente a todas las hectáreas que se sustituyeron en el PNIS, durante las dos administraciones anteriores, en todo el país. Si no se cuenta con los recursos y se renuncia a la erradicación forzosa, amenaza condenar a Colombia a los dolores del narcotráfico.

Construir sobre lo construido: la experiencia de dos siglos de intentos, el sentido común, la magnitud de la tarea y la forma como la Corte Constitucional entendió que deben aplicarse los Acuerdos, lleva a que el trabajo no deba partir de cero. Hacerlo sería ilegal y llevaría a una nueva frustración. Afortunadamente, están andando los cimientos del éxito.

El PNIS en el Catatumbo: con las correcciones que corresponda, es preciso usar lo avanzado en el PNIS. Ya invertimos 30,200 millones de pesos en el programa de sustitución del Catatumbo, logrando que de las 2.998 familias, 100 % haya recibido pagos de asistencia alimentaria, 78 % asistencia técnica integral y están implementando su proyecto autosostenimiento y 18 % está implementando su proyecto productivo. Con ello se han sustituido 1.116 hectáreas.

Adicionalmente, el señor Buffet, enamorado de Colombia, financia un programa complementario con componentes de formalización de la propiedad rural y mejoramiento de las vías, al que se encuentran inscritos 1.420 participantes, para quienes ya se han formalizado 261 predios y quienes han visto ya cinco vías terciarias en ejecución, una secundaria en de la Gabarra y 11 vías en estudios y diseños.

El Colombia Sustituye: de la mano de varias agencias del gobierno de EE. UU. y de las correspondientes en Colombia, se diseñó el Colombia Sustituye como un plan detallado para remplazar voluntariamente más del 90 % de la coca en el país. Para ello, a cada hectárea se le determinó uno de los cuatro modelos diseñados y el cultivo viable para sustitución y comercialización, para cada zona se previeron las instalaciones necesarias para dar valor agregado y, en cada punto, se previeron las vías que es preciso adecuar o construir. Pero, la versión para el Catatumbo sería una inversión de 950.000 millones de pesos. Se trata de un modelo muy técnico que cumple con los las recomendaciones de la comisión bipartidista del Congreso de USA.

Gestión Hechos a la Medida: con la Gobernación de Norte de Santander y la Alcaldía de Sardinata se formuló un proyecto de sustitución, listo para financiación y atender 1.500 familias en sustitución con cacao. La Alcaldía de Tibú se encuentra estructurando otro proyecto Hecho a la Medida para el corregimiento de Pacelli.

Integración PDET- PNIS y Planes Nacionales Sectoriales: para dar sustento de largo plazo a la sustitución de cultivos, están las bases. El proceso PNIS se incorporó al Plan de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET y contamos con una juiciosa planeación y grandes avances de la implementación en Norte de Santander que cuenta, lo mismo que muchos otros departamentos, con una política departamental.

Ciertamente, en lo que hace al PDET – PNIS las 812 necesidades o iniciativas de las familias en sustitución se incluyeron en el PDET, para evitar duplicidad en los procesos de planeación participativa y ya se han ejecutado un número muy plural. Y, en desarrollo de la política departamental de Implementación y los Planes Nacionales Sectoriales, se tiene una planeación detallada, ítem por ítem de todo lo que debe realizarse en materia de víctimas, reincorporación, PDET, Desarrollo Rural Integral, Desminado, enfoques de género y étnico.