Me la recomendaron, me dijeron que era interesante, tremendos actores y un tema doloroso que preferiría ver como si fuera ficción. El tema de la trata de personas es un delito que está dando más dinero que cualquier otro, así que decidí verla.

La sala no estaba llena, pero a pesar de eso hubo silencios complejos. Siento que a veces es más fácil hacer que no pasa nada, con temas que incomodan, pero la realidad sobrepasa el deseo interno nuestro.

La película narra las hazañas del exagente del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Tim Ballard. Ha sido un éxito de taquilla y sobre ella hay cualquier cantidad de críticas encontradas. Es una narración basada en hechos reales que por supuesto debe tener su dosis de ficción. Me llama la atención que ha sido una propuesta que polariza.

Mientras que algunos la ven como una representación de la lucha contra el tráfico de niños, otros la critican por su supuesta distorsión de la realidad y sus vínculos con teorías conspirativas de grupos ultraderechistas. Lo que es indiscutible es que no es una película más, ha generado un debate significativo sobre el persistente problema del tráfico de niños a nivel mundial.

Se calcula que cada día 3.000 niños son víctimas de la trata infantil. Según los cálculos realizados por la Organización Internacional para las Migraciones, las ganancias generadas de la trata de personas, en particular de mujeres y niños, alcanzan los 10 mil millones de dólares anuales. Estas víctimas, reducidas al silencio y tratadas como esclavos, se convierten en los objetos de un negocio ilícito e inmoral.

Según Naciones Unidas en América del Sur, la gran mayoría de las víctimas de trata de humanos también son las mujeres, que comprenden un 69% de todas las víctimas en 2018, sin embargo, también se ha detectado un aumento del 13% entre los hombres en este año.

Además, se observa una tendencia creciente de víctimas de explotación sexual, del 58% en 2016 y 64% en 2018. La inmensa mayoría, el 96%, son mujeres y niñas.

Así que al final, aunque la película toque fibras y ponga en dudas la veracidad de algunas cosas de los personajes, ese no es mi tema hoy. No soy crítica de cine, pero a mí me pareció una buena producción con una historia aterradora que muchos quieren ignorar. Tratar de quitarle méritos a la historia me parece un poco irrelevante. La trata de personas es real, la pedofilia es real y que el mundo está enfermo también es parte de una triste verdad que hoy vivimos.

No es una película de drama, es un filme de acción que a quien quiera entenderlo le deja un mensaje. Sound of Freedom está dirigida por Alejandro Monteverde, protagonizada por Jim Caviezel, Mira Sorvino y Bill Camp. Se inspira en Tim Ballard fundador de Operation Underground Railroad, organización que trabaja por encontrar niños esclavizados por redes de secuestro y trata de personas. En su primer mes en salas se posicionó número uno en varios países.

Me parece una buena invitación hacerles hoy para que la vean. De alguna manera hemos perdido la capacidad de sorprendernos y este es un tema para reflexionar. Este delito es una realidad en el mundo y como bien lo dice Mel Gibson en su invitación a verla, la primera forma de erradicar este flagelo es crear consciencia.

A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo. Jean de la Fontaine.