El banco TD Bank es el décimo más grande de los Estados Unidos. Pertenece, a su vez, al banco del mismo nombre en Canadá, el segundo más grande de ese país. TD Bank, antes Toronto-Dominion Bank, no opera en Colombia, pero sus tarjetas débito fueron utilizadas para realizar 675.570 retiros por un monto total de 151 millones de dólares en cajeros automáticos colombianos para lavar dinero proveniente del narcotráfico. Las cifras se refieren solo al año 2021. Este escándalo le costó al banco una multa de 3.000 millones de dólares impuesta hace unos días por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. El banco facilitó de manera vergonzosa las operaciones ilegales. Muchos retiros se hicieron en Cúcuta. Es obvio. Así se le pagaba a los exportadores de la cocaína cultivada en el Catatumbo y vendida en Nueva York, Nueva Jersey y Florida. El intermediario fue el TD Bank. Los lavadores consignaban en efectivo el dinero en esos estados y enviaban a Colombia las tarjetas débito para los retiros, que no dejan rastro.

Cinco fueron los empleados del banco que dispensaban las tarjetas a manos llenas, a cambio de sobornos que oscilaban entre 50 dólares y 2.000 dólares por cuenta. También aumentaron el cupo diario de las tarjetas. Había un límite de 15 tarjetas débito por cada cuenta empresarial, pero los funcionarios del banco entregaban muchas más; en algunos casos el titular de una sola cuenta manejaba hasta 46 tarjetas. Eso permitía en Colombia retirar 50 veces más del cupo diario. En un caso le permitieron a un lavador consignar en efectivo 372.000 dólares y comprar con dinero contante y sonante cheques de gerencia por un millón de dólares en efectivo. En teoría, el banco exigía que el cliente estuviera presente en el momento en que se le entregaban las tarjetas débito, pero este requisito se violó gracias a los cómplices que había dentro del banco. Un relajo, si no fuera un crimen. Pero como el banco era una lavandería para todos, permitió que dineros ilícitos fueran girados también a México y China. En total, los delincuentes pudieron lavar 600 millones de dólares. Los empleados del banco sabían que lo que hacían era ilegal. Algunos gerentes informaban que los cajeros no daban abasto tramitando esas gigantes consignaciones en efectivo. ¿Cómo no va a ser lavado una consignación de un millón de dólares en efectivo?, preguntaba un empleado.

La investigación empezó en Queens. Funcionarios federales que investigaban uno de los carteles mexicanos empezaron a seguir un camión y un Lexus que hacían paradas en distintas sucursales bancarias con bolsas llenas de dinero. Eran varios los bancos donde hacían depósitos, pero el preferido era el TD Bank. Esta investigación cubre desde 2018 hasta 2023. Pero hay pruebas de que el TD Bank desde antes ayudaba a los narcos de Cúcuta. Esas pruebas están en la decisión de la Corte Suprema de Justicia, que en 2013 autorizó la extradición de Leonardo Jiménez Vergel, acusado de lavado de dinero en Estados Unidos. Jiménez Vergel fue procesado junto con los venezolanos Ernesto Maffi-Dunn y María Gisela Narciso-Pino. La OTD de Cúcuta, organización de tráfico de drogas de Cúcuta, enviaba cantidades multikilo de cocaína a Estados Unidos, México y Europa. “En la reunión del 11 de enero de 2011, el acusado ERNESTO MAFFI-DUNN indicó que tenía unos $7.000.000 (de dólares) en efectivo de ganancias de la venta de drogas en Nueva York para ser lavados para la OTD Cúcuta”, señala la acusación. El dinero fue consignado en Filadelfia en una cuenta del TD Bank. Desde el TD Bank la plata fue girada mediante transferencia electrónica a Panamá, Hong Kong y Curazao.

Cúcuta tiene como ciudades hermanas a Zaragoza, España, y a tres localidades fronterizas: San Antonio del Táchira, San Cristóbal y Ureña. La delincuencia de Cúcuta tiene un hermano, un padrino y un santo patrono en el TD Bank.

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Con su habitual agudeza, el ilustre penalista Mauricio Luna Bisbal esboza el talante presidencial para 2026-2030: 1. Calma encendida y no alma incendiaria.

2. Palabra para labrar y no para ladrar.

3. Claros soportes para el empeño presidencial y no oscuros aportes para la campaña.