Uno de los temas que más me llena de orgullo desde que llegué al Ministerio de las TIC es el esfuerzo que se realiza para que, a través de estas tecnologías, se puedan generar verdaderos procesos de inclusión a las distintas poblaciones que sufren algún tipo de discapacidad.
De hecho, recientemente tuve la oportunidad de reunirme con un teatro lleno de beneficiarios de estos programas para confirmarles que este Ministerio es el de la inclusión, porque en el cuatrienio se formó en habilidades digitales a 30.365 personas con discapacidad, superando así la meta planteada en el Plan Nacional de Desarrollo.
Esto solo se puede traducir en una palabra: equidad. Las personas con discapacidades cada vez tienen menos barreras para apropiarse de las TIC. Esto lo estamos haciendo realidad a través de distintas propuestas de alfabetización digital para personas con discapacidad, además de talleres de uso de herramientas como JAWS, la cual hace más fácil el uso de un computador en las personas con discapacidades visuales.
Es importante aclarar que el Ministerio TIC también se ha encargado de suministrar de manera gratuita JAWS, que es un lector de pantalla, y ZoomText, un magnificador de pantalla que les permite a las personas con baja visión ampliar hasta 16 veces el tamaño de los elementos, bajo la bandera del programa ConverTIC. Este convirtió al país en el primero en el mundo en ofrecer gratuitamente estos servicios.
Gracias a estas propuestas, pudimos conocer testimonios como el de Etel Osmos, beneficiaria de ConverTIC, quien contó que a través de JAWS ya sabe hacer documentos de Word, adquirió conocimientos en Excel y está aprendiendo a hacer presentaciones en Power Point, unas palabras que son el combustible para seguir trabajando por esta población.
El dominio de habilidades digitales abre una infinidad de puertas. Entre ellas, la creación de contenidos audiovisuales ha sido uno de los grandes logros en términos de cierre de brechas. Y es que, desde 2016, el festival de cine SmartFilms promueve la categoría SmartTIC incluyente, que ha contado con la participación de 388 personas.
Allí garantizamos un espacio de participación para que todas las personas puedan contar sus historias y sigan demostrando que no existen límites ni barreras para dejar volar la imaginación y mostrarle al mundo cómo viven y perciben su día a día.
Además de la formación, apostamos por procesos de comunicación cada vez más incluyentes y ponemos a disposición de la ciudadanía las herramientas necesarias para que así sea. Estamos felices porque son más de 2,2 millones de comunicaciones las que hemos facilitado durante este gobierno a través del Centro de Relevo, favoreciendo así el derecho de las personas con discapacidad auditiva.
Este programa ha sido reconocido en dos oportunidades con el Premio Zero Proyect, el cual se les otorga a las iniciativas innovadoras en inclusión digital. Consiste en que, a través de videollamadas, videomensajes o el servicio de interpretación en línea, se ofrece la posibilidad de contar con un intérprete de lenguaje de señas que medie la comunicación entre personas sordas y oyentes.
A las personas que han integrado estos programas no me queda sino recordarles que son la clara muestra de que es posible construir un camino de inclusión en el que se conviertan en los protagonistas de la transformación digital.
Es con hechos y en equipo que seguiremos trabajando, enriqueciendo nuestros conocimientos y, desde la diferencia, con y para personas talentosas, creativas, emprendedoras y capaces de construir un mejor país.