Ante la asociación nacional de periodistas negros, National Association of Black Journalists, dijo el expresidente Donald Trump el mes pasado que los inmigrantes, que él maltrata siempre con viles epítetos, se estaban apoderando de los trabajos para negros. “They’re taking Black jobs”. Por supuesto, no existen trabajos para negros. Existieron en la época de la segregación racial. Además, es un despropósito lo dicho por Trump porque el desempleo en los Estados Unidos estáen niveles históricamente muy bajos y no hay estadísticas que demuestren que los extranjeros estén ocupando plazas que en otras circunstancias irían a ciudadanos de los Estados Unidos. Pese a la fuerte inmigración ilegal de los últimos años, la tasa de desempleo ha seguido bajando y en varios estados no se consiguen trabajadores para llenar las vacantes.
La mejor respuesta al deplorable comentario de Trump se produjo esta semana en la convención del Partido Demócrata en Chicago, cuando Michelle Obama afirmó: “¿Quién le va a comunicar a Trump que el empleo que él está buscando es uno de esos trabajos para negros?”. Sí, después de la presidencia de Barack Obama (2009-2017) hay ahora una real posibilidad de que Kamala Harris sea elegida presidenta. En los primeros 21 días de julio, las donaciones a la campaña demócrata fueron en promedio de 1,5 millones de dólares diarios. Desde el 21, cuando Joe Biden anunció su retiro, hasta el 31 de julio, fueron de 16,6 millones de dólares al día. En un mes largo suman más de 300 millones de dólares. La fuerza que ha tomado Kamala Harris tiene aturdido y desorientado a Trump, que hasta hace un mes parecía ser el vencedor en la contienda contra el octogenario Biden. Ha llegado al extremo de decir que él, un viejo de 78 años, es mejor parecido que Kamala Harris, que tiene 59, y que Obama, siendo presidente, llamó “De lejos, la fiscal general más guapa del país”, cuando ella era fiscal general del estado de California.
La elección presidencial se definirá en siete estados donde hay un empate en las encuestas. Los demás tienen fuerte mayoría de un partido o del otro. Por ejemplo, California es demócrata y los republicanos no tienen posibilidad de ganar. En Texas la mayoría es republicana y los demócratas se sabe que van a perder. Ambos partidos están gastando fuertes sumas en publicidad en televisión, principalmente en esos siete estados: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte. Para Trump, el café se puso a 40 porque una franja de votantes que no quería votar por Trump ni por Biden tiene ahora una cara nueva que ha generado renovado entusiasmo. En Pensilvania, Michigan y Wisconsin, Kamala Harris le gana a Trump por cuatro puntos, según las últimas encuestas. Eso tiene desconcertado al expresidente, que se queja de que durante un año lo pusieron a gastar plata en una campaña contra Biden y ahora a última hora le cambian el candidato, lo cual para él es inconstitucional.
Las actitudes extremistas, caprichosas e incomprensibles de Trump se deben a que él padece el trastorno de personalidad narcisista. Por eso se siente superior y exige permanentemente atención y admiración. Por eso actúa de manera arrogante. Como otros pacientes, no entiende o no le importan los sentimientos de los demás. Eso explica que Trump como presidente no hubiera querido saludar a veteranos de guerra que habían perdido extremidades, pues los considera fracasados. Quienes sufren este trastorno son inseguros y reaccionan violentamente a la más mínima crítica. Exigen admiración continua y si la reciben son generosos con los demás. Pero se vuelven fieras si alguien los contradice. Son infantiles. Viven en un mundo de fantasía, donde solo ellos conquistan el éxito y el poder.
Su belleza es incuestionable. Este trastorno se da cuando los padres infunden en los niños esas fantasías de belleza y poder. Kamala Harris como fiscal defendió a mujeres y niños víctimas de todo tipo de abusos. Trump defiende a Putin y al dictador de Corea del Norte. En los Estados Unidos nunca se había visto que un candidato presidencial defendiera a dos comunistas. Pero millones de republicanos votarán por él. Los Estados Unidos ganaron la Guerra Fría contra el bloque comunista representado por la Unión Soviética. Durante la Guerra Fría, el Partido Republicano fue el estandarte del más acendrado anticomunismo. Hoy es una secta dominada por un narciso que admira a dos tiranos comunistas. Vivir para ver.