Las entidades territoriales contarán ahora con una herramienta fundamental que las animará a desplegar, con mayor ahínco, sus estrategias para insertarse en la economía mundial, viejo anhelo que no puede quedarse relegado a la condición de un sueño, de una utopía. Se trata del Índice Departamental de Internacionalización (IDI), un instrumento de medición adoptado por el Ministerio de Comercio Exterior con base en juiciosas recomendaciones formuladas por la Misión de Internacionalización creada en 2020, bajo la orientación de expertos como el profesor Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard.

La primera edición del IDI, que por estos días está siendo presentada en Santander -uno de los departamentos escogido como laboratorio para calibrar las capacidades de las regiones para proyectarse productivamente más allá de las fronteras, revela el potencial que tienen los territorios para aportar al fortalecimiento y la diversificación de la canasta exportadora del país y para darle mayor peso al país en escenarios afines a la globalización, que van más allá de los emprendimientos productivos.

Invita, simultáneamente a fortalecer la sinergia Región-Nación, de manera que la oferta nacional esté más a tono con las prioridades fijada por los departamentos. Así, las estrategias de una y otra encontrarán líneas convergentes hasta unirse en los intereses que representan un auténtico propósito nacional.

Hay en el IDI datos gratamente sorprendentes. Las cifras destacan objetivamente el hecho de que los departamentos del Eje Cafetero compiten ahora con Bogotá y Antioquia, reconocidas potencias locales, en su capacidad para generar una oferta para la internacionalización de sus productos. Caldas, por ejemplo, ocupa el primer lugar en las 28 ‘variables de gestión’ que miden el uso de los programas que usan las entidades para su internacionalización.

También identifica, por supuesto, falencias de otras entidades que tienen que ver con los limitados avances en su desarrollo. Sin embargo, el informe no recala en ese punto, sino que lo toma como punto de referencia para invitar a los departamentos a establecer entre ellos lo que denomina “un padrinazgo”, de manera que aquellos que cuentan con un mayor potencial acompañen a aquellos que no han logrado desarrollarlo.

El informe, de consulta obligada para quienes solemos mirar el país desde las regiones, para la academia, los gremios y los generadores de política pública, examina 29 variables que denomina de resultado. Esas variables reflejan el grado de internacionalización de los departamentos en áreas como el desarrollo empresarial, el talento humano, la ciencia, la tecnología y la innovación.

El IDI, cuya vocación de permanencia en el tiempo será vital, está llamado a convertirse en el faro orientador en estas épocas de transición, en la que la mayoría de los países buscan oportunidades de crecimiento en los espacios transnacionales del desarrollo económico y social.

Varias de las claves para alcanzar mejores espacios más allá de las fronteras han sido dadas por la Misión de Internacionalización. Pasan por una mayor atracción de la inversión extranjera directa e incluyen el aumento, la diversificación y el mayor valor agregado de bienes y servicios. No dejan de lado la transferencia internacional de conocimiento y tecnología al país.

A veces no son bien reconocidos los avances en materia de fortalecimiento de la competitividad de los territorios. Gracias a los esfuerzos conjuntos del gobierno nacional y de las administraciones territoriales el país ya cuenta con 127 zonas francas en 22 departamentos.

La diversificación de la oferta exportadora muestra un creciente aporte de la producción regional. A manera de ejemplo, Risaralda exportó US$367,8 millones en bienes, de los cuales el 99,2 % correspondió a productos no minero energéticos. Santander ha mantenido el mayor crecimiento anual de exportaciones de este mismo rango y eso fue uno de los atributos por los cuales el departamento fue escogido como escenario para el lanzamiento del IDI.

Las potencialidades de las regiones son amplias y por eso con bienvenidas las nuevas e ingeniosas herramientas que permitirán sacarles provecho en beneficio del desarrollo local. Por eso saludamos también la incorporación del Índice Departamental de Internacionalización a la caja de herramientas de la administración pública en el nivel territorial.