Después de un fin de semana bastante agitado cuyos resultados electorales abrieron paso a lo que sin duda será un nuevo punto de partida en la política nacional, con el triunfo de Gustavo Petro a toda luz cambia una pagina en los anales de la historia reciente colombiana.
Sin embargo, al margen de este resultado, queremos señalar otro hecho particular que tal vez pasó desapercibido en los titulares de prensa que se dedicaron a reseñar los detalles de la jornada electoral y tiene que ver con el importantísimo anuncio del Dr. Nicolás García, gobernador de Cundinamarca, quien oficializó el inicio de las obras del tren de cercanías que conectará a Facatativá con Bogotá, un sueño que llevaba represándose hace años, una necesidad que cada día se hace inaplazable, pues sin duda gracias al desarrollo sostenible que ha tenido la periferia de Bogotá los municipios circunvecinos se han convertido en el albergue de cientos de miles de bogotanos, alejándose de la convulsión y el agite de la urbe y buscando lugares cercanos para instalarse.
Sin embargo, estas personas no pierden el vínculo íntimo con la capital, pues deben desplazarse todos los días, bien sea a su lugar de trabajo, a su sitio de estudios o por las elementales diligencias que se deben realizar en la capital de la república, estos miles de ciudadanos han sido silenciosos testigos de cómo las rutas de ingreso y salida de Bogotá pasaron de ser estrechas y complicadas a un verdadero suplicio en el que deben gastar horas y horas en recorridos inferiores a los 50 kilómetros de distancia; es increíble que desplazarse a Funza, que prácticamente podría ser un barrio del occidente de la ciudad, puede tardarse alrededor de una hora y media, en los escasos 22 kilómetros que hay entre las dos ciudades, de ahí que el gobierno local y nacional no podían seguir aplazando esta apremiante necesidad de conectar estos municipios con el centro de Bogotá, pues es claro que ésta, la Provincia de Sabana Occidente que agrupa los municipios de Facatativá, El Rosal, Bojacá, Subachoque, Zipacón, Mosquera, Funza y Madrid, alberga alrededor de 620.000 habitantes que guardan una estrecha relación con Bogotá y de ahí la imperiosa necesidad de conectarlos a través de un sistema que sea, además de eficiente, ágil y sostenible desde el punto de vista de emisiones de CO2.
En este entender la noticia entregada por el gobernador de Cundinamarca no puede interpretarse sino como un gigantesco logro en las políticas de integración regional, que desde mediados de los años noventa venían anunciándose desde el mismo instante en que se promulgó la ley 489 de 1998, norma que debió esperar cerca de dos décadas para empezar a producir sus principales efectos en materia de organización territorial en lo que respecta a provincias y regiones administrativas.
Es claro que este anuncio resulta un gran aliciente para el desarrollo de uno de los ejes industriales y comerciales más importantes del país, pues sin duda la interconexión que pretende el tren de cercanías con el metro de Bogotá y las demás instancias del sistema integrado de transporte, logran materializar una dimensión que a toda luz era inaplazable y se traduce en la real interacción de los pasajeros con los diversos sistemas de transporte que Bogotá tiene y que lógicamente obligan a la administración distrital a complementar con otros medios, como son las bicicletas públicas.
Estamos ante un verdadero proyecto de infraestructura que logrará cambiar y modificar satisfactoriamente la calidad de miles de personas que dependen económicamente de Bogotá, pero que han apostado por vivir en sus afueras, tal como ocurre en otras principales ciudades del mundo, donde la gente encuentra el balance perfecto de alejarse del centro de la vida urbana siempre bajo un balance equitativo en la facilidad y comodidad del desplazamiento, tal y como ocurre en Norteamérica o en Europa.
La apuesta por un sistema sostenible, organizado y dinámico nos permite soñar con la posibilidad material de una ciudad región en todo el sentido de la palabra, en donde los diferentes servicios de transporte permitan a la ciudadanía lograr con facilidad y sin dilaciones movilizarse de un lado al otro.
Claro, después de tantos años de estancamientos y fracasos una iniciativa como esta puede estar impregnada de escepticismo, sin embargo, el esfuerzo del gobierno nacional, así como la iniciativa y protagonismo del gobierno departamental, harán que esta realidad sea palpable en muy poco tiempo y lógicamente termine siendo una realidad que va a mejorar la vida de cientos de miles de personas, tal como aconteció hace unos años con la entrega del Transmicable que logró conectar a las partes más altas e inaccesibles de Ciudad Bolívar con Transmilenio, una realidad que hace una década era impensable y que hoy en día contribuye a la movilización por sus 3,4 kilómetros a aproximadamente 20.000 personas entre cada semana, reduciendo los maratónicos desplazamientos que tenían que realizar los habitantes de estos barrios para accede a Transmilenio en recorridos, amenos, seguros y sobre todo ágiles, pues en cuestión de minutos se logra interconectar con el sistema de transporte.
La apuesta del tren de cercanías es una apuesta no solo a la satisfacción de las necesidades colectivas sino una verdadera iniciativa a la apertura económica y el crecimiento turístico de Cundinamarca.
Esta iniciativa lógicamente contribuirá a realizar e implementar las demás obras de infraestructura que la ciudad región requiere para interconectarse, el sistema férreo del norte que le permita a los habitantes de Zipaquirá, Chía, Cajicá y Cota conectarse con Bogotá, un sistema que además de pensar en las gigantes necesidades de desplazamiento de pasajeros, contemple las apremiantes necesidades en transporte de carga hacia y desde el norte, sin embargo, lo importante era iniciar, como finalmente se iniciara el próximo jueves con la construcción del tren de cercanías de occidente.
El Presidente electo Gustavo Petro, tiene el deber de apoyar, estimular y priorizar el desarrollo de la movilidad de esta región, región, que masivamente lo apoyó en la urnas y que sin duda no puede verse más postergada en los fracasos de planes de infraestructura insatisfechos, ni puede seguir relegada a la inercia de los diversos gobiernos centrales y distritales que sistemáticamente han dejado a estos municipios a merced de las terribles dificultades viales de la calle 80, la calle 13 la carrera séptima, y la mal llamada autopista norte, convirtiendo el desplazamiento cotidiano en unas distancias inferiores a los 50 kilómetros en calvarios de varias horas de trancones, inundaciones, huecos y todo tipo de padecimiento vial.
PD: Ojalá tanta belleza se haga realidad y no Frustración