Leo el comunicado y no salgo de mi asombro. Bueno, en realidad no me sorprende el sesgo ideológico de algunas universidades privadas bogotanas. Pero pocas veces lo ponen en evidencia. Lo hizo en una ocasión la Javeriana, al censurar a Agustín Laje por ser de derecha dura. Y ahora la Universidad de los Andes.
Uniéndose al orfeón petrista a propósito del síndrome de Asperger que reveló Juan Fernando Petro en entrevista en Los informantes, Los Andes lanza sus dardos contra los “medios masivos de comunicación” porque, según el aclamado centro académico, “han venido haciendo uso de supuestas condiciones de salud mental o cognitivas del presidente Petro para explicar conductas cuestionables sobre su desempeño público”.
Para no dejar duda de su posición política y de una desbordante arrogancia, tilda de ignorantes y de meros papagayos a los periodistas. “Instamos a las personas encargadas de informar al público, de abstenerse de recurrir a argumentos simplistas que son producto, esencialmente, del desconocimiento de lo que dichas condiciones significan”, señala el comunicado.
Hacen la crítica bajo el rubro de su Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social, que sería una iniciativa encomiable y necesaria, si no lo utilizaran para fines diferentes a su esencia.
Replicar la declaración del hermano del jefe de Estado era una obligación periodística. No fueron afirmaciones sacadas de la nada de un opositor recalcitrante, sino de un miembro de la familia del mandatario.
Si dicha universidad quisiera agudizar el sentido crítico de sus alumnos, en lugar de desacreditar de manera simplista a los periodistas que trabajan en los medios con mayor audiencia, los invitarían a analizar la entrevista. Porque todas las declaraciones de Juan Fernando Petro tenían un propósito. Empezando por el falso diagnóstico de Asperger.
Durante días, diferentes voces venían especulando sobre posibles adicciones y estados de ánimo extremos del presidente, para explicar sus injustificadas ausencias laborales. En ese contexto sale el hermanísimo con el cuento del Asperger. ¿Por qué esa condición y no otra?
Lo de menos era si para la época de marras no habían descubierto dicho síndrome. El mensaje subliminal que querían dejar, una vez quedara al descubierto la disparidad de fechas, es que los Petro podían padecerlo, aunque se desconociera su existencia.
La clave, de ahí la revelación, es que existen personajes de renombre mundial que lo sufren. Y como la mayoría de la gente ignora sus características, solo les queda que son seres humanos de inteligencia superior, poco dados a socializar, amantes de la reflexión, que abrazan causas nobles por las que están dispuestos a luchar con verdadera obsesión.
Para desgracia de Gustavo Petro, a la hora de recitar nombres, olvidaron a la ambientalista Greta Thunberg, y fue Musk el personaje que más sonó. Pero sabían que enseguida los internautas se meterían en Google y encontrarían que Bill Gates, Steven Spielberg o Tim Burton lo padecen.
Obvio que Gustavo Petro nada tiene que ver con Asperger, empezando porque son personas, por regla general, de una puntualidad y cumplimiento del deber admirables. Hay otros aspectos incompatibles con su personalidad, pero mejor dejo ese estudio a los excelsos cerebros de Los Andes.
Agrega la universidad que la historia clínica de Petro, al igual que la de cualquier otro ciudadano, “está protegida por la reserva fundada en el derecho de la intimidad”. ¿Ignoran que un jefe de Estado no es una persona del común? ¿Olvidan la presidencia de Barco?
También en la entrevista, con el fin de exculpar a su hermano de los malos manejos de su campaña electoral, y tras mencionar lo de Asperger, apuntala en otra respuesta la tesis de que el presidente no está en las minucias de la vida, como la contabilidad de esos dineros. Moviendo las manos en dirección al cielo, dice: “(Gustavo) siempre está allá, proyectando, visionando, filosofando, y habrá que mirar quiénes fueron los que hicieron eso”.
Los Andes concluye su alegato con un displicente misil contra los medios, cargado de sobradez, idéntico a los que dispara el presidente: “Para conocer más sobre temas de derechos humanos, salud mental (…) y otras formas de diversidad, les invitamos a recurrir a fuentes conocedoras de estos temas. Al hacerlo, se contribuye a construir un debate público más informado y respetuoso, alejado de objetivos políticos de corto plazo”.
Al margen del documento político de Los Andes, el programa dejó otras conclusiones. La más grave fue confirmar que las bandas mafiosas ayudaron al triunfo de Petro. Lo de menos es si fue un millón de votos o la mitad. Lo delictuoso es que obligaron al electorado en sus zonas a votar por Petro tras los encuentros del actual comisionado de paz y de Juan Fernando con capos.
Y culpa a los ministros y a la vicepresidenta, que se volvió irrelevante, de la inoperancia de este gobierno. En suma, es como la voz de palacio.