Es urgente que los organismos de control investiguen y se pronuncien sobre caso tan bochornoso, puesto que no se justifica, una vez más, que entidad del sector rural tenga que liquidarse axficiada por el clientelismo y el irregular manejo político - administrativo que se le está dando desde todo punto de vista en los procesos de desarrollo y gestión. Hasta ahora no hemos entendido cómo el presidente Santos, en su afán desesperado por firmar el acuerdo de paz, lo esté haciendo a la topa tolondra, sin tener en cuenta que el principal escenario para alimentar la etapa postconflicto, es el sector agropecuario, que lamentablemente se encuentra hecho trizas por culpa de la politiquería y la corrupción en todos sus niveles. Las entidades que antecedieron al Incoder, todas desaparecieron víctimas de los malos manejos, desgraciadamente quienes han sido sus gerentes o administradores, salen premiados a ocupar altos cargos o se van al exterior a gozar de la vida diplomática y a continuar refregando en la cara a los colombianos, todas las porquerías de su conciencia lasa y relajada. El país, a través del Incoder, está parcelado en buena parte a la clase política, y en otra a contratistas que sin ningún escrúpulo suscriben contratos avalados por sus padrinos de turno, que siempre son congresistas, para que en sus respectivas regiones actúen de conformidad con sus criterios personales, mas no institucionalmente como realmente debe ser, según lo estipulado por las normas que lo regulan, pero que se encuentra abusivamente en proceso de liquidación, que no obstante estar demandado dicho acto administrativo se sigue con el proceso como si nada hubiese ocurrido. Pero es que detrás del Incoder en liquidación, se esconden una serie de irregularidades, razón por la cual el gobierno resolvió liquidarlo, con el fin de dar paso a otras agencias que lo reemplazarán en sus funciones: Agencia Nacional de Tierras y de Desarrollo Rural, pero que lamentablemente se en encuentran también demandadas, puesto que no se han hecho lo ajustes presupuestales y administrativos de rigor, y el gerente liquidador se encuentra bailando en la cuerda floja, puesto que su periodo de temporalidad de traes meses ya terminó, sin embargo, continúa desempeñando sus funciones sin que nadie se haya percatado de esta anomalía. Por consiguiente, existe preocupación en los medios nacionales e internacionales, porque el sector agropecuario que debería estar a la vanguardia del proceso de paz, no repunta por ningún lado, el gobierno no ha querido entender que los proyectos productivos postconflicto Son esencialmente de origen rural y que se requieren miles y miles de ellos, para poder vincular más de doce millones de colombianos en la etapa post paz. Con la liquidación del Incoder se están descubriendo una serie de irregularidades y arbitrariedades, que desde hace varios años se vienen cometiendo en los organismos del sector rural: los saqueos, chanchullos y peculados, están a la orden del día y nadie se explica el porqué los organismos de control hasta la presente fecha, cuando el proceso de paz avanza, no se han manifestado para poner de presente que el sector rural en primera instancia será el de mayor receptividad para los proyectos productivos, con beneficio para más de doce millones de compatriotas que en calidad de desplazados, reinsertados y víctimas buscarán vincularse a la nueva vida productiva del país.Lamentablemente tenemos que decir que el Incoder, prácticamente desaparece agobiado por las cargas de compromisos con buen número de congresistas, que desde hace varios años se han adueñado de la entidad y que quienes han llegado allí como gerentes, no han pasado de ser unos títeres de nombrar y poner funcionarios, simplemente para que devenguen, puesto que del desempeño de sus cargos no saben un carajo. Es preocupante que sea el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri, quien tenga asignado para sus réditos políticos por parte del Incoder, los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, siguiendo en su orden los senadores: Efraín Cepeda, Luis Emilio Sierra, Hernán Andrade, Antonio Guerra de la Espriella, Eduardo Pulgar, Musa Besarte, Olga Suarez Mira, Guillermo Santos Marín, Manuel Guillermo Mora, Jaime Duran; con una chorrera de representantes de diferente departamentos que se encuentran en alianza con los senadores antes mencionados. ¿Qué puede esperar el país con todo esto? Si los señores congresistas no dan ejemplo de pulcritud y de grandeza en estos momentos en que el sector agropecuario es indispensable para el proceso de paz, qué podemos esperar de un congreso que se encuentra atosigado por todo tipo de vicios de corrupción y sin embargo habla de pulcritud y transparencia. Pero, lo más grave es que con engaños y mentiras estamos haciendo creer a la la opinión pública nacional e internacional, -que tan ilusionadas están con el proceso de paz- que todo va bien, pero que en honor a la verdad, su principal soporte, dada la naturaleza de la población desplazada y reinsertada, que son esencialmente campesinos, no se vislumbre ningún interés de parte del gobierno, ni de los negociadores de ambos bandos en la Habana – Cuba, para poner en orden el sector rural, depurándolo de todo tipo de vicios: politiqueros, administrativos y financieros. Además de todo lo anterior se prevé una masacre laboral con los empleados del Incoder, puesto que hasta la presente fecha no se les ha definido su futuro, existe la incertidumbre, puesto que el liquidador,- anterior secretario del Incoder-, puede cometer una serie de irregularidades con los empleados de planta, que según el presidente del sindicato hasta la presente fecha han sido vanos los esfuerzos por lograr un entendimiento que permitan llegar a un acuerdo por los caminos de concertación y del diálogo. Considero de vital importancia que el sindicato del Incoder, debe pedir una audiencia con los negociadores del proceso de paz tanto del gobierno, como de las Farc, en la Habana- Cuba, puesto que se está presentando una situación tan delicada, que de no aclararse una serie de dudas respecto a su liquidación y de las agencias que fueron irregularmente creadas, el acuerdo de paz en su atapa postconflicto va a sufrir serios traumatismos. urielos@telmex.net.co