Parece que el jefe de gobierno aún no se ha dado cuenta que el comunismo fracasó en el planeta con la disolución de la URSS y la arriada de la bandera soviética el 25 de diciembre de 1991, suceso de impacto mundial anunciado por su último presidente, Mijail Gorvachov, quien fue objeto de un golpe de estado en agosto del mismo año por parte de miembros de la línea dura comunista que se oponían a los cambios que éste estaba introduciendo para mejorar la compleja situación de su país.
El actual jefe de estado está tratando de emular a algunos dictadores comunistas del continente como Chávez, Castro, Ortega y sucesores, llevando el país a un profundo descalabro político, económico y social para empobrecer a la población, acabar con la clase media, implantar sistemas antidemocráticos, liquidar las libertades, debilitar a las Fuerzas Militares y generar verdaderos estallidos sociales donde podrá imponer orden con la violencia que caracteriza a los regímenes comunistas, reinando con su ideología por varios lustros y haciéndonos vasallos del comunismo internacional.
Este jefe de estado se está desviando de la línea recta que exige la democracia, está atropellando la Constitución y por consiguiente a la población; está promoviendo la violencia e incentivando el delito, pues con su propuesta de “pagar para no matar” además de generar una extorsión a la sociedad, está conformando las milicias que requiere para mantenerse en el poder y está pagando los votos que requieren sus seguidores en las próximas elecciones de octubre; esto es una aberración que el pueblo colombiano tiene que rechazar.
El país se podría beneficiar con la generación de miles de empleos construyendo carreteras, aeropuertos, viviendas, ferrocarriles, cultivando millones de hectáreas que hoy están improductivas en manos de diversas comunidades o lo que es peor, muchas de estas están cultivadas con coca. También se genera empleo devolviendo la confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros para que la industria nuevamente se potencialice, crezcan los mercados y se mejore la calidad de vida. Esto contribuiría significativamente a evitar la holgazanería que está promoviendo el gobierno, pues el ocio es la madre de todos los vicios, como reza el adagio popular.
La dialéctica empleada por la izquierda para tratar de engatusar a los incautos y mostrar una tergiversada realidad es empleada permanentemente por el jefe de gobierno para hacer ver a los facinerosos como ángeles caídos del cielo, cuando en realidad los bandidos son secuestradores, violadores, asesinos, extorsionadores y narcotraficantes. Muchos se preguntan que busca la actual cabeza del poder ejecutivo llamando a los integrantes del ELN ‘organización armada rebelde’ cuando estos son delincuentes; ¿será para darle impunidad a esta organización criminal frente a las innumerables fechorías cometidas? ¿Colombia va a aguantar nuevamente esta afrenta?
A pesar de que la moneda colombiana ha sido la más reevaluada y el precio del dólar está favoreciendo aspectos como la disminución de la deuda externa y facilitando las importaciones, el país está de capa caída en su economía, pues tenemos una inflación anual del 12,13 % y el Dane reporta una contracción industrial del 3,4 % y una disminución en las ventas del 5,1 %; además, empresas muy reconocidas han solicitado a Supersociedades acogerse a procesos de reorganización, aspectos que sin duda afectan la estabilidad laboral y repercuten en la calidad de vida de muchos hogares, debido especialmente a equivocadas políticas macroeconómicas y a la incertidumbre que causan permanentemente las declaraciones del jefe de gobierno.
La paz no se obtiene soltando a los delincuentes de las prisiones, ni generando impunidad y tampoco comprando la conciencia de los facinerosos o tratando de implantar ideologías extremistas; se logra con democracia, con libertades, con justicia, con empleo honesto.
El pueblo colombiano, mediante las herramientas que ofrece la democracia, tiene la posibilidad de cambiar el rumbo equivocado en que nos está encausando la izquierda. Las urnas salvarán el país pues se destaca la voluntad del cambio.