¿A qué juega Petro? ¿Quién entiende sus decisiones? ¿Cómo explica extraditar al hermano de Piedad Córdoba mientras permite a las Farc-EP, supuestos cómplices de Álvaro Córdoba, traficar sin obstáculos? ¿Tanto odia a la senadora? ¿O quiere mandar el mensaje de que quien lo rete la lleva?
Recuerdo su respuesta fría, contundente, al preguntarle si extraditaría a Piedad Córdoba. Era candidato presidencial y se rumoreaba que los Estados Unidos la solicitarían por sus nexos con Álex Saab.
“Sí”, respondió a secas.
Luego vino la oleada de presiones a Piedad para que desistiera de aspirar al Senado. Después, que dejara la curul. Y como no se sometió al mandato de Petro, su hermano paga el pato. No cabe otra explicación.
¿Se atreverá a confrontar al presidente este domingo en Paipa?
No dude Piedad que, tarde o temprano, seguirá los pasos de Álvaro. Solo la salva que Maduro exija a su nuevo mejor amigo que no la envíe a USA si la solicitan por sus nexos con Álex Saab.
Para las autoridades gringas, Álvaro Córdoba pertenecía al engranaje de Iván Mordisco, jefe supremo de las Farc-EP. Pero como Gustavo Petro y su orfeón de la paz total están negociando con esa banda criminal y les permiten patrullar por las calles de Balboa (*) y aterrorizar a sus habitantes sin que intervengan Ejército y Policía, creímos que la impunidad cubriría a todos. Máxime cuando pidieron al fiscal general no perseguir a narcos de la talla de Chiquito Malo, capo de los Gaitanistas.
¿Consultó el comisionado de paz la decisión sobre Córdoba con las Farc-EP? ¿No apalabraron acuerdos con los extraditables de La Picota? ¿No clamaba Petro que primero debían responder en Colombia?
Es un Ejecutivo tan errático e imprevisible, que casa peleas internacionales sin sentido y toma medidas sin medir en las consecuencias, que no hay cómo adivinar lo que se traen entre manos. Lo inquietante es que pareciera que tampoco ellos saben lo que están haciendo.
Vean, si no, el caos que han generado en la ARN (Agencia para la Reincorporación). En teoría debería ser una de las entidades consentidas por Petro. Cualquier guerrillero o autodefensa que deja las armas, pasa por ellos. Los que se vuelan, los que se reinsertan en grupo, los de los procesos de paz con Farc y AUC. A todos los acompañan por la tortuosa ruta de reincorporación a la sociedad que incluye educación, asistencia psicológica, salidas laborales, salud, vivienda y demás necesidades. También se ocupan de los menores de edad, una vez cumplen la mayoría de edad y salen del ICBF.
Aunque parezca inverosímil, la ARN nunca fue prioridad para Petro. La prueba es que permaneció cinco meses sin cabeza y solo este miércoles posesionó a la nueva directora, la activista feminista Alejandra Miller. Deberá resolver de inmediato la parálisis de los programas por una de esas medidas populistas de Petro que tanto aplaude la izquierda.
Como cortaron a los contratistas, y buena parte en la ARN lo son, la mayoría de los empleados están de brazos cruzados.
Piensen que a cada desmovilizado le asignan un orientador y no suelen ser de planta. Sin ellos, todo el edificio se agrieta, miles de reincorporados se sienten desamparados, aparte de dejar sin trabajo, sin previo aviso, a personas de salarios bajos. Y encima les deben dos meses.
También quedan en el aire un sinnúmero de promotores, que ejercen la labor de concientizar a la sociedad de la importancia de aceptar a los que dejaron las armas. Lo más triste es que son desmovilizados con ganas de prosperar. Entonces, ¿a qué juega Petro? ¿Para qué contratar a 100.000 jóvenes?
Si fuese Duque el que hubiese vaciado de personal a la ARN, el Pacto Histórico gritaría ante el planeta, a coro con organismos internacionales y ONG, que la derecha hace trizas la paz, que lo suyo es atizar guerra.
Pero como es responsabilidad exclusiva de este sinuoso y demagogo Gobierno, todo se lo perdonan. Lo importante es hacer anuncios por Twitter, dar la impresión de que actúan, aunque cada paso que dan sea un avance hacia el abismo. Todo es trinar y hablar sin planear.
Para quien no tenga fresco el papel de la ARN, que ha cambiado de nombre varias veces, desde 2003 ha atendido a 77.024 desmovilizados. Hace el seguimiento, entre otros, de 2.188 guerrilleros de las viejas Farc que residen en los ETCR y 9.752 que prefirieron vivir por fuera.
Cada día resulta más inquietante el desorden del Gobierno Petro.
(*) Para quienes no conozcan Balboa, incluido este Gobierno, es un pueblo grande, activo, pujante, al que se accede desde la Panamericana por una vía pavimentada. No es ninguna veredita lejana, enclavada en la cordillera. Varias veces pasé por él, camino de la cocalera y cafetera Argelia, a 21 kilómetros.
Muy grave lo sucedido porque en Argelia se están matando las Farc-EP y la Segunda Marquetalia y asesinan civiles en su guerra por el control de cultivos, laboratorios y rutas del narcotráfico hacia el Pacífico.